Bicentenario de la muerte de Agustín de Betancourt y Molina. La historia viva de la telegrafía óptica
El presente 2024 ocupa, o debería ocupar, un lugar destacado en el calendario español, madrileño y de las telecomunicaciones. Se conmemoran a lo largo del presente año los vagidos que las pioneras emisoras radiofónicas lanzaron, hace un siglo, al éter desde España.
El pasado 19 de abril se cumplían los cien años de la presentación al Gobierno de Primo de Rivera de la propuesta constitutiva de la CTNE (hoy Telefónica/Movistar), refrendada por la Real Orden del 11 de mayo siguiente.
Y el próximo 26 de julio, se cumplirán doscientos años desde que, en San Petersburgo, exhalara su último suspiro uno de los grandes científicos de este país, el ilustre canario cuyo nombre (ABM en lo sucesivo) titula esta evocación.
Aunque no es preciso insistir en ello, este último acontecimiento, salvo algunas elogiosas iniciativas[1], no ha suscitado la repercusión que cabe atribuirle. Sirvan estas líneas (circunscritas a las aportaciones de ABM realizadas a lo largo del período 1791-1807 en el Paisaje de la luz [Figs. 2 y 11], declarado Patrimonio de la Humanidad el 25 de julio de 2021) de modesto y merecido testimonio.
[1] IX Congreso de Ingeniería Civil. Ingeniería para repensar el mundo (Colegio II.CC.CC. y PP), Exposición BNE Betancourt 200 1758-1924, Congreso Betancourt y el legado de la ingeniería. Agua y territorio (UCLM).
Nacido el 1.2.1758 en Puerto de la Orotava (hoy Puerto de la Cruz), Tenerife, el 19 de octubre de 1778 zarpa, para nunca regresar a su tierra natal, hacia la península, con el propósito de simultanear en Madrid las enseñanzas impartidas en los Reales Estudios de San Isidro (Fig. 3) y en la Real Academia de Bellas Artes. La formación recibida y la competencia alcanzada quedan reflejadas en las memorias redactadas a raíz de los viajes de inspección que realiza en 1783, a instancias del Conde de Floridablanca, a la Acequia imperial de Aragón y a las Minas de Almadén.
En 1784 se desplaza, pensionado, a París y permanecerá en el hexágono hasta 1791. Estos años, entreverados con algunos viajes por Francia y una escapada a Inglaterra (tras la cual diseñará la máquina de vapor de doble efecto), representan una etapa intensa y fructífera en su vida: entre otros cometidos, asistirá a los cursos de la École (Royale, Nationale, Impériale…) des Ponts et Chaussées, ampliará sus conocimientos científicos y técnicos, cultivará la relación y la amistad con los investigadores más destacados de la época, dirigirá las tareas de un grupo de pensionados españoles y se entregará a la formación de una colección de planos, maquetas y memorias sobre máquinas hidráulicas y para la construcción.
Ciencia y máquinas
Su regreso a España, motivado en parte por la situación que atravesaba el país vecino y en parte por las responsabilidades que aguardaban a ABM en Madrid, podría ilustrarse con la inauguración, en las dependencias del Palacio del Buen Retiro, del Real Gabinete de Máquinas (en lo sucesivo, RGM), que tuvo lugar el 1 de abril de 1792.
Pero las prioridades de nuestro protagonista no empezaban por el RGM. Influido, presumiblemente, por la frecuentación de la École des Ponts et Chaussées, en un memorial dirigido a Floridablanca, ya en 1785, ABM le proponía la creación en España de una institución civil semejante para la formación de ingenieros hidráulicos. Esta sugerencia motivó una reunión entre ambos ese mismo verano en La Granja.
La idea será reiterada en otras ocasiones y terminará por materializarse, aunque en un orden distinto del que se planteaba el proponente. Este, en efecto, abogaba, en primer lugar, por la creación de una escuela de ingenieros civiles de obras públicas; escuela que contaría, y éste es el segundo término de la ecuación, con un centro dotado con un muestrario de las máquinas empleadas en su construcción; etapa que desembocaría en la constitución de un cuerpo de ingenieros.
En la práctica se alteró el orden concebido por ABM. El primer paso se dio con la creación del RGM (inaugurado en la fecha indicada más arriba), del que su artífice había sido designado director en diciembre de 1788, aunque el nombramiento oficial se demoraría hasta la Real Orden de 14 de octubre de 1792… mientras que la toma de posesión hubo de esperar al 27 de diciembre de 1798…
Instalado en él, conocido hoy como, Casón del Buen Retiro (diseñado en su origen como salón de baile, Fig. 4), la colección reunida por ABM (270 máquinas, 359 planos y 99 memorias) merece, por las referencias documentales de que se dispone, la calificación de excepcional, aunque, lamentablemente, como señala Antonio Rumeu[1] puede darse por segura la total destrucción de la misma […] La desidia y el tiempo debieron aniquilarla por completo.
Reducido hasta la creación de la Escuela de Caminos a un museo muerto de curiosidades y artilugios[2], como lo califica también Rumeu, su vida fue azarosa. Tras su incorporación a la Escuela de Caminos y Canales como laboratorio para los alumnos, la invasión francesa de 1808 fue el detonante, junto con las posteriores mudanzas, de la dispersión y sucesivas pérdidas de su contenido. Sólo nos quedan los catálogos elaborados en 1792 por ABM y en 1794 por López de Peñalver[3], felizmente rescatados, respectivamente, por Rumeu en 1990 y por Fernández Pérez y González Tascón en 1991.
De las distintas opciones que se le ofrecían a ABM para la construcción de las maquetas o modelos, éste se inclinó por el camino más difícil, largo y costoso; es decir, según sus propias palabras, executarlos sujetando a escala hasta las menores piezas, formando los ensambles de las maderas y las uniones de los hierros, del mismo modo que se deben construir en grande y haciendo cada parte de la materia que le corresponde.[4]
Las escasas expectativas que le deparaba el contexto del RGM, sumadas a su natural curiosidad, al poco recomendable escenario socio-político francés, al horizonte que vislumbraba en Gran Bretaña, al propósito de completar la colección de máquinas y al deseo de reunirse con su esposa e hijas que se encontraban en la isla británica, figuran entre los motivos que conducen al traslado de ABM a Inglaterra, autorizado por R.O. de 17 de octubre de 1793. Allí llegará en noviembre de 1793, en compañía de Bartolomé Sureda, y permanecerá hasta el 10 de octubre de 1796, de donde regresará a París, forzado por las circunstancias (2º Tratado de S. Ildefonso y declaración de guerra a Gran Bretaña). En esos tres años ABM recorrerá Albión y desplegará intensas e innumerables actividades, entre las que cabe destacar los inicios de la frustrada expedición a Cuba y de las investigaciones, en colaboración con Abraham Louis Breguet (ALB), sobre el telégrafo óptico, de cuyo intercambio epistolar se conserva algún testimonio[5].
Atracción por el telégrafo óptico
Al mes siguiente de su llegada a la capital francesa, concretamente el 13 de noviembre de 1796, Ange Marie Eymar se dirige al Directorio y le remite la Description du Télégraphe inventé par les citoyens Breguet et Betancourt (Fig. 5), que dará origen a la primera controversia con Claude Chappe. No obstante el informe favorable de Riche de Prony del 13.1.1797, que concluye afirmando que la propuesta es una perfección añadida al arte telegráfico, esta se archiva.
ABM regresa a Madrid y el 10 de abril de 1797 (en los primeros días de este mes había contraído matrimonio canónico con Ann Jourdain en la Real Iglesia de Nª Srª de las Angustias, parroquia entonces sita en el Retiro) emprende viaje a La Coruña para incorporarse a la expedición a Guantánamo promovida por el Conde de Mopox, quien ya había arribado a Santiago de Cuba el 5 de febrero de ese año. Al día siguiente de zarpar del puerto gallego, el 9 de junio, el brick Infante es capturado por la escuadra inglesa que se apodera de todas las pertenencias (instrumental científico, libros y efectos personales) de ABM quien, el 14, es desembarcado en Lisboa, de donde retorna a la capital del reino español.
Tras un encuentro con Godoy, en el que le plantea la necesidad de recuperar en Francia el equipamiento requisado, obtiene de Carlos IV la autorización para volver pensionado a París, donde hacía su entrada el 9 de septiembre. Esta nueva estancia en Francia se prolongará hasta noviembre de 1798. Sin perjuicio de la atención dispensada a la reconstitución de la colección de instrumentos, de la que se desconoce su paradero y de la que se carece de referencias desde el 31 de julio de 1798, ABM y ALB se volcarán en el desarrollo de una versión más elaborada del telégrafo óptico.
La segunda controversia entre los dos inventores se libraría en un doble escenario: el de las páginas de la Gazette Nationale ou Le Moniteur Universel, con ocasión de la polémica suscitada por Eymar el 6 de noviembre de 1797, que se prolongaría hasta el 29 de abril del año siguiente; y el de la Academia de Ciencias, ante la cual ABM y ALB, el 25 de noviembre de 1797 presentarían su Mémoire sur un nouveau Télégraphe et quelques idées sur la langue Télégraphique (Fig. 6) que, el 10 de abril de 1798, tras los experimentos realizados el mes anterior, a los que Chappe se negó a asistir, sería objeto de un informe suscrito por los académicos Lagrange, Laplace, Borda, Prony, Coulomb, Charles y Delambre que empezaba calificándolo de máquina tan sencilla como ingeniosa y finalizaba afirmando que el nuevo telégrafo merece la atención del Gobierno. El Institut National des Sciences et Arts publicó, en 1801, el informe de los sabios, pero no así la memoria. La propuesta no tuvo continuidad y los inventores sufrieron su segundo revés.
Una de las claves del nuevo telégrafo residía en el sistema de poleas que, accionado por el volante, transmitía con exactitud y al mismo tiempo las señales a la flecha o indicador y a los hilos instalados en el centro del ocular de los anteojos orientados hacia el emisor y el receptor (Fig. 7).
La decepción causada por el silencio que se abatió en Francia sobre el proyecto telegráfico, se compensó con la decisión del Gobierno español de instalarlo aquende los Pirineos. Los vientos portadores del anticipo de esta noticia debieron de ser percibidos por ABM quien, en diciembre de 1798, estaba de vuelta en Madrid, para enfrentarse a un proyecto que, según Antonio Rumeu y a tenor de la R.O. de 17.2.1799, consistía en el <<establecimiento total de la correspondencia telegráfica desde Madrid a Cádiz, en cuya distancia deberán situarse de 60 a 70 telégrafos>>[6].
Los años en que ABM había permanecido ausente del Retiro, no habían pasado en balde. Hubo que buscarle alojamiento en el palacio, al tiempo que los talleres del RGM fueron habilitados, junto con otras dependencias, para la construcción de los telégrafos. Lo cierto es que la línea no pasó de la provincia de Madrid. Conforme a las escasas y fragmentarias fuentes disponibles, el trazado partía del Retiro (¿Cerro de San Blas?) hasta la Ermita del cerro de los Ángeles (Getafe); de allí proseguía hasta el cerro del Espartal o cerro Espartinas (Valdemoro), para concluir en Aranjuez, en el cerro del Parnaso, donde, según Álvarez de Quindós[7], se puso el día 22 de junio de 1799 el telégrafo. Se ignora todo sobre su actividad y se estima que su desaparición se produjo entre 1801 y 1802.
De la Inspección a la Escuela de caminos
De acuerdo con los términos de la Real Orden de 12 de junio de 1799, es decir 10 días antes de que concluyera el establecimiento de la línea entre Madrid y Aranjuez, se abría paso, en el ámbito de la Secretaría de Estado que regía Mariano Luis de Urquijo, la Inspección General de Caminos y Canales. Órgano técnico éste que llevaba aparejada la constitución de un cuerpo facultativo. Cabe suponer que estas noticias hacían renacer cierto optimismo en ABM que conservaba vivos los anhelos arriba apuntados. Anhelos que, tímidamente, comenzaban ahora a concretarse, tras unos parsimoniosos avances a lo largo de las décadas precedentes. En efecto, bajo la Secretaría de Estado del Conde de Floridablanca se añade, en 1778, la Superintendencia de Caminos y Canales a la de Correos y Postas y, en 1785, se crea la Dirección General de Caminos. En virtud de la real Cédula de 8 de junio de 1794, siendo Godoy superintendente general de Correos y Caminos, se dicta la Ordenanza general de Correos, Postas, Caminos y Posadas.
José Naudín Guzmán, director de Caminos y subdelegado de Caminos y Canales que había sido en Cataluña, será nombrado al frente de la nueva Inspección. Será relevado del cargo, en aplicación de la R.O. de 27.12.1801 por ABM.
La incorporación del RGM a la Inspección se produce el 1 de julio de 1802. Según refiere Antonio Rumeu[8], no se ha localizado la disposición por la que se establecían las enseñanzas de la Inspección de Caminos. Hace las veces de acta fundacional la convocatoria de exámenes de acceso publicada en la Gazeta de Madrid el 19 de octubre de 1802 (Fig. 8). Habían nacido los Estudios de la Inspección General de Caminos. ABM, que asumiría, hasta su exilio, la dirección del centro, instalado en los locales del palacio del Retiro a los que se accedía por el patio de oficios, modificaría el nombre y lo sustituiría, en 1803, por el de Escuela de Caminos y Canales[9]. Véase a este respecto la terminología empleada en la convocatoria publicada en la Gazeta el 26 de agosto de ese año (Fig. 9).
En mayo de 1807, se expatría. Se reúne en París con su esposa e hijos que estaban allí desde julio del año anterior. El 18 de octubre de 1808 regresará definitivamente a la capital del imperio ruso que ya no abandonará hasta su desaparición. Reposa hoy en el cementerio Lazarevskoe, mientras que su efigie se alza frente a la fachada del entonces Instituto del Cuerpo de Ingenieros de vías de comunicación por él creado en 1809 (Fig. 10).
Claves:
1.- RGM [Casón Buen Retiro]
2.- Telégrafo [Palacio] (Construcción, 1799; ¿Emisión, 1799-1801/02?)
3.- 1ª Escuela de Caminos [Palacio] (1802)
4.- [Cerrillo de San Blas] (¿Emisión Telégrafo 1799-1801/02?)
5.- [Cerrillo de San Blas] (Escuela de Caminos en 1892)
Bibliografía básica
AA.VV. (dir. Ignacio González Tascón), Betancourt. Los inicios de la ingeniería moderna en Europa, Madrid, CEHOPU, CEDEX, MOPTMA, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puerto, Universidad politécnica de Madrid (E.T.S.II.CC.CC. y PP.), Universidad Estatal de San Petersburgo, 1996.
Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia.
(https://fundacionorotava.org/proyectos/proyecto-agustin-de-betancourt-digital/)
Gouzévitch, Irina. Monografías diversas sobre ABM.
Olivé, Sebastián, Historia de la telegrafía óptica en España, Madrid, Ministerio de Transporte, Turismo y Comunicaciones, 1990. [Véanse págs. 17 a 24].
Rumeu de Armas, Antonio, Ciencia y tecnología en la España ilustrada. La Escuela de Caminos y Canales, Madrid, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos/Ediciones Turner, 1980.
Id., El Real Gabinete de Máquinas del Buen Retiro. Una empresa técnica de Agustín de Betancourt. Con el facsímile de su Catálogo y un estudio sobre las máquinas por Jacques Payen, Madrid, Fundación Juanelo Turriano, Editorial Castalia, Patrimonio Nacional, 1990.
Fernández Pérez, Joaquín y González Tascón, Ignacio (dirs.), Descripción de las Máquinas del Real Gabinete, Madrid, Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología/Ed. Doce Calles, 1991.
[1] IX Congreso de Ingeniería Civil. Ingeniería para repensar el mundo (Colegio II.CC.CC. y PP), Exposición BNE Betancourt 200 1758-1924, Congreso Betancourt y el legado de la ingeniería. Agua y territorio (UCLM)
[2] Ciencia y Tecnología, p. 384.
[3] Ibid., p. 134.
[4] Quien, entre 1793 y 1798, asumió de hecho la responsabilidad del RGM.
[5] El Real Gabinete […], p. 94-95.
[6] García-Diego, José A., “Huellas de Agustín de Betancourt en los archivos Breguet”, in Anuario de Estudios Atlánticos, nº 21, 1975, p. 204.
[7] A. Rumeu, Ciencia y tecnología, p. 233
[8] Descripción histórica del Real Bosque y Casa de Aranjuez, 1804, p. 318.
[9] Ciencia y Tecnología, p. 280.
[10] A. Rumeu, Ciencia y tecnología, p. 281