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Ignacio Azorín digital

Ignacio Azorín

Director General de Estrategia Digital de la Comunidad de Madrid.

El corazón del mundo digital

A las 21:00 horas del 25 de marzo de 2025, todos los paneles luminosos de la Plaza del Callao se fueron a negro. El apagón dio entrada a una reflexión que capturaba el interés de los transeúntes: “Sin centros de datos, el mundo digital se apaga”.  Tendríamos un mundo sin internet, sin teletrabajo, sin música en línea, sin navegación GPS, sin tráfico aéreo, sin apps, sin redes sociales, sin mensajes de WhatsApp… retrocederíamos a la edad de piedra.

Ese mensaje sigue resonando. Me hace pensar lo poco conocidos que son los centros de datos, para qué sirven y el impacto que tienen en la economía local y en nuestro día a día. La mayor parte de nuestra vida se ha virtualizado: el trabajo, el estudio, el ocio, las compras y hasta las relaciones.

Esto convierte a los centros de datos en el corazón de nuestro mundo. Estas infraestructuras críticas permiten que nuestras ideas cobren vida y se escalen a nivel global. Son la clave para la sociedad moderna.

Comunidad de Madrid, epicentro de los DC

En la Comunidad de Madrid el sector de los centros de datos (DC, por sus siglas en inglés) es de especial importancia, concentrando más de la mitad de potencia de todo el territorio nacional y compitiendo dentro del mercado europeo con gigantes como Frankfurt o París.

Actualmente tenemos 35 DC en servicio con 204 MW de potencia y 11 en construcción. Según datos de la Consejería de Digitalización, el sector supondrá para la Comunidad de Madrid 23.400 millones de euros de inversión privada en los próximos tres años, de los cuales 8.700 millones serán inversión directa y 14.700 indirecta.

La construcción y operación de los DC requiere una fuerza laboral cualificada, lo que contribuye a la creación de empleos bien remunerados.

¿Qué tipo de empleo genera un DC? Principalmente, genera empleos en los sectores de AEC (Advisory, Engineering and Construction) y en los grupos de Enterprise, Service Providers y Hyperscalers.

 

La construcción y operación de los DC requiere una fuerza laboral cualificada, lo que genera empleos bien remunerados

 

Los primeros suelen trabajar en representación de un operador usuario final, aportando conocimientos especializados para el desarrollo de un proyecto. Esto puede incluir la construcción de un nuevo centro de datos, la actualización de uno existente o la resolución de problemas operativos más complejos.

Por otro lado, los Enterprise suelen poseer y construir sus propios DC, desarrollando funciones especializadas. Los Service Providers incluyen empresas que ofrecen servicios externalizados, como colocation, proveedores de servicios gestionados y proveedores de servicios en la nube. Finalmente, los Hyperscalers se refieren a los centros de datos construidos por grandes empresas para alimentar sus propias nubes.

Según un informe de la asociación SpainDC, se estima que la industria de los centros de datos en España ya genera más de 174.000 nuevos empleos directos e indirectos.

Durante su fase de construcción, que como media dura entre 18 y 24 meses, se crean alrededor de 1.700 empleos locales y en su fase de operación se generan aproximadamente 150.

Por supuesto, estos números no consideran la infinidad de puestos que se crean a lo largo de toda su cadena de suministro, así como en las empresas que prestan servicios digitales gracias a su existencia.

DC sostenibles

Una de las grandes críticas que se suele hacer contra este tipo de infraestructura es su alto consumo energético ignorando las otras partes de la ecuación antes mencionadas.

Aun así, en la Comunidad de Madrid, se están desarrollando centros de datos de última generación que no solo son eficientes en términos de consumo energético y que se alimentan de energía renovable, sino que también son modelos de sostenibilidad en sí mismos.

Para medir la eficiencia en el uso de la energía se utiliza el índice Power Usage Effectiveness (PUE), que supone dividir la cantidad total de energía que entra en un centro de datos por la energía utilizada únicamente por el equipo de IT (servidores, almacenamiento, redes, etc.). Cuanto más se acerque el valor a 1, más eficiente será el uso energético.

 

Debemos enfocarnos en la inversión que atraen los DC, las oportunidades que generan y el valor añadido que aportan

 

En la Comunidad de Madrid, la mayoría de los DC tienen valores de PUE entre 1.12 y 1.20. Esto es importantísimo ya que permite a las empresas minimizar costes y reducir el impacto ambiental. Es decir, en la región las instalaciones de IT consumen entre un 83% y un 89% de la energía total del centro de datos.

El consumo de cada uno de estos sistemas dependerá de los tipos de servicios digitales a los que esté destinado el rack. En este sentido, los servicios de Inteligencia Artificial (IA) son más intensivos en consumo de energía y requieren una mayor refrigeración.

El consumo total de un rack tradicional x86 (5-15 kW) se divide de la siguiente manera: 35% se destina a la refrigeración, 25% a los servidores, 15% al almacenamiento, 10% a las redes y el 15% restante a otros componentes. En cambio, un DC de IA (50-100 kW) destina: 45% a la refrigeración, 35% a los servidores, 7% al almacenamiento, 5% a las redes y el 8% restante a otros componentes.

 

 

Ante el aumento constante en el uso de tecnología y servicios digitales por parte de la sociedad y las empresas, así como la creciente demanda por parte de los clientes para reducir sus Emisiones Indirectas de Alcance 3 (emisiones indirectas que provienen de la cadena de valor de una compañía y que no están bajo su control), los operadores implementan estrategias de sostenibilidad mediante el uso de sistemas de refrigeración cada vez más eficientes, servidores con procesadores de última generación y software de gestión de energía que controla y monitoriza el consumo energético en tiempo real.

Ante el reto de minimizar el consumo de agua para la refrigeración de los sistemas, si es que consumen agua ya que los centros más punteros utilizan otro tipo de refrigerantes, se emplean sistemas de enfriamiento híbridos y de recirculación del agua.

 

Se están desarrollando centros de datos de última generación que se alimentan de energía renovable y son modelos de sostenibilidad

 

Es importante desbancar la imagen sesgada de un DC consumiendo piscinas olímpicas de agua. Otro de los grandes esfuerzos que se está llevando a cabo por el sector y las administraciones locales es el de la reutilización del calor residual de las salas de operación de servidores.

Este calor puede ser utilizado para calentar oficinas en invierno o proporcionar agua caliente sanitaria durante todo el año. Fuera del DC, con la red de distribución adecuada, podría servir para suministrar calor a barrios cercanos o a industrias que necesiten calor para sus procesos. Tenemos actualmente un proyecto planteado en Alcobendas de distribución urbana de este calor residual. Sobre todo, es un elemento que considerar para nuevos desarrollos urbanísticos y que haría percibir a las comunidades locales aún más los beneficios de un centro de datos.

Mi intención con este artículo es concienciar sobre el impacto positivo de los centros de datos y poner en valor los esfuerzos que el sector está realizando para contribuir a la sociedad de una manera cada vez más eficiente y sostenible.

Debemos dejar de hablar de la potencia que consumen, directamente proporcional a los servicios digitales que demandan los ciudadanos y las empresas, y enfocarnos en la inversión que atraen, las oportunidades que generan y el valor añadido que aportan a la región y sus municipios. El resto, dejemos que la innovación y la mejora continua hagan su trabajo.

 

Comunidad de Madrid, referente en DC

  • Concentra más de la mitad de potencia de todo el territorio nacional y compite en el mercado europeo con gigantes como Frankfurt o París.
  • Existen 35 DC en servicio con 204 MW de potencia y 11 en construcción.
  • La mayoría de los DC tienen valores de PUE entre 1.12 y 1.20.
  • El sector supondrá 23.400 millones de euros de inversión privada en los próximos tres años, de los cuales 8.700 millones serán inversión directa y 14.700 indirecta.
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