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CBDC
Qaissi Hicham_sum

Hicham Qaissi

Ingeniero de Telecomunicación, profesor de IA for Management en UPM y responsable de Proyectos IT en Docaposte España.

El nacimiento de una nueva variante de las criptomonedas

El crecimiento de las monedas virtuales (criptomonedas) es imparable y cada vez cuentan con más adeptos, tanto personas físicas como instituciones privadas y gubernamentales. En este artículo se repasa el estado del arte de las criptomonedas, su sostenibilidad, la competencia que van a tener con el nacimiento de las monedas CBDC y su futuro a corto y medio plazo, utilizando como guía de redacción los elementos de la herramienta PESTLE.

Evitando todo embrollo técnico y lingüístico, una criptomoneda es una moneda virtual electrónica que no tiene una representación física como monedas o billetes, no se rige por ninguna autoridad como gobiernos o bancos centrales, puede valer para lo mismo que la moneda FIAT (del latín fiat, ‘hágase’, dinero por decreto, con respaldo del Estado), por ejemplo, la adquisición de bienes y servicios, y utiliza un registro único y distribuido respaldado con una fuerte criptografía cuasi inviolable. Gran parte del interés en estas monedas (en su mayoría no reguladas) es la especulación con la propia moneda.

Las monedas virtuales son volátiles, ya que su valor depende del número de usuarios que hacen uso de ellas y lo extendidas que están. Ha habido criptomonedas que han desaparecido después de su auge debido a la bajada de demanda. A pesar de no existir una regulación específica para las criptomonedas que no son regidas por bancos centrales o gobiernos, gozan de una absoluta legalidad, y la prueba de ello es que desde 2015 la Unión Europea considera el Bitcoin y otras criptomonedas como forma de pago legal, exactamente con la misma validez que el euro. La aceptación legal de las criptomonedas queda en manos de los países; en Estados Unidos son legales y China sigue vetando su uso.

Las criptomonedas serán sostenibles solo si se cambia la metodología de minado

Tecnologías y criptomonedas
Son varias las tecnologías que sostienen las criptomonedas, entre ellas la criptografía, tecnología de libro mayor distribuido (DLT, Distributed Ledger Technology) y Blockchain.

El cometido principal de la criptografía es el de establecer mecanismos que permiten intercambiar determinada información contenida en un mensaje entre un emisor y un receptor, de manera que, si dicho mensaje fuese interceptado por un atacante, le es imposible descifrar su contenido.

Blockchain es una base de datos descentralizada y distribuida en una red con muchos miembros, de la cual todos los miembros tienen la misma copia y que no está regida por ningún organismo estatal. Para añadir un nuevo registro, la mayoría de los miembros tienen que dar su consentimiento. Fue utilizado por primera vez como una de las tecnologías de Bitcoin en 2009. En 2013 vimos cómo Blockchain fue utilizado de forma independiente de Bitcoin para otros fines. Ahora ya llevamos unos años de drenaje con ello y podemos ver Blockchain en prácticamente todos los sectores: gestión de identidad digital, seguros, logística, contratos inteligentes, sistemas de votos, trazabilidad de objetos de valor (diamantes y obras de arte) y hasta control de fronteras (proyecto EBSI de la iniciativa European Blockchain Partnership).

Mucha gente confunde Blockchain con criptomonedas (especialmente Bitcoin). Aunque son conceptos completamente diferentes, son unidireccionalmente dependientes. Esto es: muchas criptomonedas como Bitcoin están basadas en Blockchain, pero Blockchain no está basado en ninguna criptomoneda.

Las claves del minado
La generación de las criptomonedas se basa en el concepto del minado. Un buen símil para explicar el minado es una clase con muchos alumnos (nodos). Cada cierto tiempo se propone un problema a resolver. El primer alumno que consigue resolver el problema distribuye la solución del problema (proof_of_work) a sus compañeros. Para que el alumno ganador se lleve el premio (Bitcoin), la mayoría de sus compañeros verifican que la solución es la correcta y dan su consentimiento a la misma. Luego, se propone un nuevo problema a resolver y todos vuelven a competir por el nuevo premio. Para controlar la velocidad de la generación de los premios, se pretende resolver un problema cada X minutos, si la tendencia de resolución de los problemas se desvía de esos X minutos, se regula la dificultad del siguiente problema para ajustarlo a ese tiempo (si el último problema se resolvió en ocho minutos, aumentamos la dificultad del siguiente problema para resolverse en torno a los 12 minutos). De este modo, garantizamos la generación de un premio (Bitcoin) cada X minutos.

Estamos ante el nacimiento de una nueva variante de las criptomonedas (CBDC)

En la red de criptomonedas, la resolución del problema propuesto para el minado necesita una altísima capacidad computacional que se traduce en un desenfrenado consumo de electricidad que muchos expertos califican de insostenible. Sin lugar a dudas, esto afecta tanto a la aceptación social e institucional como a la continuidad de las criptomonedas.

Consumo de energía, la piedra de toque
En un artículo del Cambridge Center for Alternative Finance (U. Cambridge), se estima que los generadores de electricidad dedicados al minado de Bitcoin representan un 0,37% del total producido mundialmente y Bitcoin consume cerca del 0,43% de la producción mundial. Es decir, necesita un 0,07% de fuentes de electricidad externas adicionales. El mismo análisis sostiene que el consumo de Bitcoin de un año puede abastecer la Universidad de Cambridge durante más de 520 años. Según las cifras del Centro de Energía Alternativa de la misma universidad, Bitcoin consume más energía en un año que Argentina u Holanda. Si Bitcoin fuera un país, estaría entre los 30 principales países consumidores de energía del mundo.

China lanzó un aviso a todas las granjas de minería de Bitcoin avisando de que establecerá controles más estrictos para entender mejor el impacto real en el consumo de energía y lo que suponen estas granjas tanto sobre el medio ambiente como en la producción total del país.

A raíz de la Cumbre del Clima de Marrakech y el culminante Acuerdo de París, nació el Acuerdo Cripto Climático (respaldado por Naciones Unidas y bajo el lema “Make Crypto Green”), un proyecto colaborativo que reúne a la industria financiera y el mundo de las criptomonedas con el objetivo de buscar vías hacia la sostenibilidad de las criptomonedas. El principal hito marcado es para 2025, año en el que se espera que las energías consumidas por todas las cadenas de bloques sean renovables al 100%, objetivo muy ambicioso, a mi modo de ver.

Criptomonedas y sostenibilidad
El minado de las criptomonedas puede ser sostenible. La prueba de ello es el sistema de minado proof_of_stake (prueba de participación) utilizado por Ethereum, que según los expertos reduce hasta un 95% el consumo de electricidad respecto a sistema proof_of_work de Bitcoin, por no necesitar tanta potencia de cálculo, aunque habría decir que es algo menos seguro. Parte de la sostenibilidad es que la energía provenga de fuentes renovables, aunque sea parcialmente, como un principio.

A raíz de la Cumbre del Clima de Marrakech y el culminante Acuerdo de París, nació el Acuerdo Cripto Climático

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es un proyecto creado por Naciones Unidas en el año 2015, con visión de 2030 y se compone de 17 objetivos que proporcionan un plan compartido para la paz y la prosperidad para las personas y el planeta. Nadie puede negar que la minería tradicional en las criptomonedas y el impacto que tiene sobre el medio ambiente van en contra del principio de sostenibilidad energética defendido tanto en el objetivo 7 (energía asequible, segura, sostenible) como del 13 (combatir el cambio climático y sus efectos), y es por ello que se han creado comités subvencionados por este mismo proyecto para buscar alternativas más sostenibles al minado de criptomonedas. En lo que respecta a las criptomonedas tradicionales (Bitcoin, Ether, etc.), nadie puede dudar de que solo son sostenibles si se cambia el tipo de minado.

Por otro lado, el propio hecho de que las criptomonedas sean virtuales les hace ganar puntos a ojos de ODS, con todo el ahorro que supone a nivel de minería de metales, tala de arboles y agua necesarios en la emisión de monedas y billetes de dinero FIAT.

Los bancos centrales temen que el auge de las criptomonedas no controladas por los estados tome parte del control sobre la economía mundial y les suponga un problema para tener siempre la iniciativa, como por ejemplo imprimiendo dinero para reactivar la economía en la post-pandemia COVID-19. Por ello, no regulan las criptomonedas, aunque empiezan a salir proyectos nuevos donde tanto bancos centrales como potencias del mundo y alianzas económicas piensan en lanzar su propia criptomoneda.

La competencia
En un comunicado del Banco de Inglaterra se afirma la creación de CBDC (Central Bank Digital Currency) como una moneda digital creada por el Banco de Inglaterra y que será de uso tanto doméstico como de pagos B2B. Esta misma tendencia parece convencer a otros bancos centrales, aunque defienden que las CBDC no se pueden catalogar como un criptoactivo (como el Bitcoin). La Unión Europea planea emitir su propia CBDC llamado “euro digital”, proyecto cuyos detalles se culminarán los próximos meses y con previsión de circulación a partir de 2026.

Las novedades que vamos a tener al respecto van a ser la mayoría de índole regulativa y adoptiva

Hay que señalar que las CBDC no van a competir directamente con las criptomonedas, porque sencillamente no reúnen los requisitos para serlo (estarán controladas por un organismo central y su valor no depende de la oferta y la demanda como ocurre con Bitcoin). Un buen calificativo para estas nuevas criptomonedas sería “monedas digitales híbridas”. Sin lugar a dudas, las CBDC servirán como un muro de contención contra las criptomonedas tradicionales, impedirán que se conviertan en un medio de pago principal y de paso subsanarán la pérdida de protagonismo del dinero en efectivo. Tengamos en cuenta que en la segunda mitad del año 2021 las CBDC siguen siendo un proyecto piloto.

Los expertos advierten sobre los efectos segundarios de las CBDC, como las desigualdades en la sociedad y mayor control sobre la privacidad (el gobierno podrá saber mucho sobre lo que hacen sus ciudadanos). Las CBDC también tendrán una serie de ventajas como la eficiencia tecnológica, lucha contra el fraude fiscal y actividades ilícitas y crimen, transparencia, rozar el tiempo real en las transacciones y la reducción de sus costes, etc.

Muchas firmas se han sumado a la corriente y emitido sus propias monedas (‘tokens’), que pueden intercambiarse específicamente por el bien o servicio que ofrece la empresa. El mejor símil para el token son las fichas de casino; se cambian las monedas FIAT reales por tokens para acceder al bien o servicio de la compañía.

Diem, la criptomoneda respaldada por Facebook, tiene planeado ser un método de pago entre usuarios y empresas y cuyo valor será el mismo que el de la moneda local (un Diem en EE.UU. tendrá el mismo valor que el dólar, y en Europa el valor del euro).

La India también apuesta por las criptomonedas. El gigante asiático ha saltado de pagos en efectivo a pagos con el móvil, curiosamente sin el paso intermedio del uso de las tarjetas. En un informe del Banco de la India, se afirma que prácticamente no ha habido emisión de tarjetas y ese hecho les ha supuesto un ahorro de 40 años de uso de tarjetas.

Con todas estas novedades, es evidente que algo está cambiando para siempre. Da la sensación de que está ya casi todo inventado a nivel tecnológico y las siguientes novedades que vamos a tener al respecto van a ser la mayoría de índole regulativa y de adopción.

Por último, para los amantes de las criptomonedas que ansían ver cómo se pagan los bienes en los comercios con Bitcoin, debo decirles que para ese momento épico tendremos que esperar unos años (si es que llega a ocurrir). Aunque, eso sí, nadie puede negar que el futuro del dinero es 100% digital.

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