Ana Porras del Río.
Contadora en la Junta Directiva de la Asociación Profesional del Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnologías de la Información y Comunicaciones de la Administración General del Estado, ASTIC.
Empleo público en el ámbito de los sistemas y las tecnologías de la información
En los últimos años, la oferta de empleo público en España ha experimentado una evolución significativa, especialmente en los sectores clave para la transformación digital del Estado. Este artículo analiza cómo han cambiado las convocatorias para el Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnologías de la Información de la Administración del Estado (CSSTIAE), su transformación y las previsiones futuras.
El ámbito de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) ha sido uno de los más dinámicos en cuanto a la oferta de empleo público en los últimos años. El avance de la digitalización en todos los niveles de la Administración pública ha generado una creciente demanda de perfiles especializados.
En este contexto, las convocatorias al Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnologías de la Información han ido en aumento. Si bien en los primeros años las plazas disponibles eran limitadas, debido a una demanda emergente, en los últimos tiempos se ha visto un claro incremento en las ofertas, impulsadas por iniciativas como el Plan de Digitalización de la Administración Pública. Pero el proceso selectivo para cubrir estos puestos exige un elevado tiempo y esfuerzos.
En el Gráfico 1 se observa el número de días que transcurren desde la publicación de la oferta de empleo público y el nombramiento de los nuevos funcionarios TIC-A1 en el BOE, desde el año 2013 hasta la publicación de los últimos nombramientos en agosto del 2023. A este largo proceso se unía el hecho de que quedaban vacantes en la mayoría de las convocatorias (Gráfico 2).
El ámbito de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) ha sido uno de los más dinámicos en cuanto a la oferta de empleo público en los últimos años
Si bien una de las consecuencias era que eliminaba la competición del proceso de oposición, ya que todas las personas que participaban en el proceso y alcanzaban una determinada nota de corte podían conseguir una plaza, también dejaba al Estado sin un número significativo de plazas muy valiosas en unidades TIC a las que cada vez se les exige más (Gráfico 3).
Cambios significativos en las convocatorias
En los últimos años, las oposiciones para el ingreso en este Cuerpo han sufrido varias modificaciones para intentar resolver estos problemas. Desde la convocatoria de empleo público de 2016 han tenido lugar cambios sucesivos en el orden y la forma de los exámenes de los que consta el proceso selectivo.
En esa convocatoria, se realizaban cuatro exámenes: el primero era de tipo test, el segundo de inglés con traducción y redacción comprensiva de un texto leído, el tercer examen era el desarrollo de un tema legal relacionado con las tecnologías y en el cuarto se desarrollaba un caso práctico.
Para intentar reducir el tiempo del proceso, se cambió el orden del tercer y cuarto examen y se modificó el examen de inglés convirtiéndolo en tipo test, que más adelante podría sustituirse por una acreditación de un nivel B2 de inglés o equivalente. También se unieron los dos exámenes finales en un único examen, con dos partes a realizar el mismo día.
Propuesta de un ‘MIR’ para los opositores del CSSTIAE
Ninguna de estas medidas consiguió reducir los tiempos del proceso. El anterior ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, José Luis Escrivá, anunció su intención de implantar una vía de acceso innovadora y más rápida para los profesionales tecnológicos que deseen incorporarse a la Administración pública, inspirada en el modelo MIR utilizado en el ámbito médico.
Esta medida buscaba modernizar los procesos selectivos y reducir los largos tiempos del proceso que, según José Luis Escrivá, son “intolerablemente largos” y generan incertidumbre y elevados costos para los opositores. Escrivá subrayó que estas reformas forman parte del Plan de Talento, que tiene como objetivo reforzar las plantillas de la Administración con perfiles especializados en tecnologías de la información, cada vez más necesarios para afrontar los desafíos digitales. La última convocatoria publicada el pasado 27 de julio no ha incorporado ninguna de estas propuestas. José Luis Escrivá dejó el Ministerio y ha pasado a dirigir el Banco de España.
Desde la convocatoria de empleo público de 2016 han tenido lugar cambios sucesivos en el orden y la forma de los exámenes
Actualmente, todas estas decisiones dependen desde el 6 de septiembre de Óscar López, el nuevo titular del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública.
Entre sus ‘deberes’ estará la aprobación de una Oferta de Empleo Público para 2025 que recoja las necesidades reales de la Administración General del Estado, eliminando la tasa de reposición, reduciendo la temporalidad como nos exigen desde la Unión Europea, encajando esta exigencia con la puerta abierta a nombrar interinos de los cuerpos A1 que se ha introducido en las últimas convocatorias, o decidiendo cómo se igualan los salarios en los distintos departamentos ministeriales y entre administraciones para conseguir un reparto equilibrado del talento.
Perspectivas de futuro
El futuro de las ofertas de empleo público en el ámbito de las tecnologías de la información es prometedor. La creciente inversión en digitalización, la implementación de sistemas inteligentes y la necesidad de reforzar la ciberseguridad en la Administración pública han provocado un aumento en las convocatorias de este cuerpo.
Las ofertas de empleo público de los años 2020, 2021 y 2022 han alcanzado números que no se veían desde las primeras convocatorias que dieron origen al cuerpo TIC-A1 (Gráfico 4).
Estas ofertas se han materializado en convocatorias que han ido acumulando todos estos puestos. La del año pasado incluía 800 puestos para el turno libre, y 100 para promoción interna, resultado de la unión de las ofertas para el año 2021 y el 2022.
Durante el proceso, sólo 185 han superado el proceso selectivo, y los puestos restantes se han unido a los ofertados en el 2023 en la siguiente convocatoria. Esto supone que en cada una de estas convocatorias los puestos a los que acceder suponen la mitad de los puestos convocados desde que existe el cuerpo TIC (Gráfico 5).
Los resultados muestran que, a pesar de los esfuerzos para simplificar el proceso y atraer a un número mayor de personas con la preparación suficiente para superar el proceso, finalmente no se consigue un número mayor de accesos, por lo que será necesario invertir en políticas que ayuden disminuir esta distancia (Gráfico 6).
Es previsible que en los próximos años se mantenga una tendencia al alza en la oferta de empleo público en este ámbito, no sólo por la demanda de nuevos profesionales, sino también por la necesidad de adaptar la Administración a los constantes avances tecnológicos.
Aun así, quedan muchos factores por explorar para atraer talento TIC a la Administración pública. Para ello serán relevante las decisiones de la Secretaría de Estado de la Función Pública, la labor del INAP, encargado de materializar tanto el proceso como el curso selectivo, y la voz de la Asociación Profesional del Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnologías de la Información y Comunicaciones de la Administración General del Estado, ASTIC.
Uno de estos factores podría ser la incorporación de las mujeres que, aunque mayoritarias entre las personas empleadas en las administraciones públicas, siguen estando infrarrepresentadas en el Cuerpo TIC (Gráfico).
A modo de conclusión
En definitiva, la evolución del empleo público en el ámbito de las tecnologías de la información refleja un claro compromiso del Estado con la transformación digital y la importancia de las personas en ella.
A pesar de los desafíos en los procesos selectivos y la necesidad de adaptarse a las necesidades en materia de empleo de la sociedad, si todos los actores implicados aprenden de las últimas experiencias el camino es prometedor.
Con un enfoque centrado en atraer y retener talento cualificado, y la disminución de los tiempos del proceso de oposición, el futuro del Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnologías de la Información de la Administración del Estado parece encaminado hacia una mayor eficiencia y competitividad.
Las decisiones que tome el nuevo ministro Óscar López serán clave para materializar estos cambios y consolidar una Administración pública ágil y adaptada a los retos del siglo XXI.