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Ricardo Martí

Ricardo Martí Fluxá

Presidente de la Asociación de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (TEDAE).

Industria de Defensa: tecnología al servicio de la sociedad

La aplicación civil de las innovaciones de la industria de Defensa, desde internet y el GPS a las baterías de litio o los asistentes virtuales, tienen un impacto fundamental en el desarrollo de la sociedad. El sector en España es un innegable tractor económico, generador de empleo de calidad. Y afronta un momento estratégico para seguir en la vanguardia internacional.

El uso dual de la tecnología desarrollada por la industria de Defensa es cada vez mayor y, por ese motivo, el sector es consciente de la necesidad de crecer unido al ámbito civil, fomentando la innovación y el beneficio que aporta al conjunto de los ciudadanos.

La aplicación civil de muchas de estas tecnologías, como internet, las baterías de litio, los asistentes virtuales o el GPS, ha generado un enorme valor económico que demuestra el carácter estratégico de la Defensa. Si añadimos este aspecto al valor social que aporta a nuestro bienestar cotidiano, queda demostrado que esta industria es igualmente esencial para nuestras sociedades y su desarrollo. Un buen ejemplo de esto es el retorno de valor añadido que muchas tecnologías con origen en la industria de la Defensa han tenido durante los meses de pandemia y que nos han permitido adaptarnos a trabajar desde casa o llevar la educación y la asistencia sanitaria a un nuevo modelo en remoto.

La base tecnológica e industrial de la Defensa es un activo clave para garantizar la seguridad de los ciudadanos y nuestro modo de vida. Porque la seguridad es la base de una sociedad libre, democrática y social, en la que los ciudadanos pueden ejercer sus libertades y convivir en paz, y sobre la que las empresas pueden beneficiarse de la seguridad jurídica necesaria para llevar a cabo sus inversiones; en definitiva, sobre la que las economías pueden crecer y las sociedades prosperar.

Tractor de la economía
Según el informe de KPMG sobre el impacto económico y social de los sectores de aeronáutica, defensa, seguridad y espacio, el sector de la Defensa tuvo en 2020 una aportación directa al PIB español de 8.500 millones de euros. Asimismo, cuenta con un efecto multiplicador y genera una importante riqueza de forma agregada en el conjunto de la economía española. En materia de ocupación, solo el sector Defensa generó en 2020 casi 93.000 empleos de calidad en España.

En 2020 el sector de la Defensa tuvo una aportación directa al PIB español de 8.500 millones de euros

La industria de Defensa, además, tiene un alto impacto económico, fiscal y en cifras de empleo siendo un verdadero tractor de la economía. El empleo que genera es de calidad y por eso es tan necesario formar a las nuevas generaciones en las competencias que se van a demandar como es el caso de la digitalización, automatización o la realidad virtual para garantizar una mayor empleabilidad.

Debido a su carácter estratégico, la industria demanda inversiones en innovación que deben ser permanentes y la financiación estable en el tiempo ya que, sin esta continuidad, los esfuerzos realizados por las empresas pueden no ser suficientes en un sector en el que resulta imprescindible mantenerse a la vanguardia tecnológica. La inversión ayuda a que nuestros productos sean competitivos, a que dispongamos de autonomía tecnológica y que podamos exportar tecnología, situándonos a la vanguardia global y contribuyendo a aportar valor a nuestra economía.

El sector Defensa generó en 2020 casi 93.000 empleos de calidad en España

La innovación en el ADN de la industria
Las empresas de Defensa desarrollan productos y servicios de alto valor tecnológico en todos los dominios: el terrestre, el naval, el aéreo, el espacial y el ciberespacio; y tiene presencia en todo el ciclo del producto, desde el diseño hasta el mantenimiento, pasando por el desarrollo, la fabricación, la integración y la certificación. Asimismo, gracias a décadas de inversión en I+D+i, cuenta con nichos tecnológicos competitivos en el mercado internacional.

Somos conscientes desde la industria de la necesidad de acelerar los esfuerzos en materia de I+D+i y de avanzar en la colaboración con otros ámbitos de actividad para alcanzar el liderazgo tecnológico en los próximos años. Es un momento estratégico para que la industria española siga a la vanguardia internacional.

Pero si queremos ser capaces de asimilar la tecnología que vendrá y los bienes que la sociedad demandará resulta igualmente importante avanzar en la digitalización de nuestras plantas productivas. La digitalización de la industria va a permitir a las empresas ser más sostenibles en las distintas etapas del ciclo tecnológico y cumplir con los objetivos para reducir la huella ecológica, luchar contra el cambio climático y sentar las bases del nuevo modelo de recuperación de la economía.

Las empresas de Defensa desarrollan productos y servicios de alto valor tecnológico en todos los dominios: terrestre, naval, aéreo, espacial y ciberespacio

La necesidad de una Ley de Programación de Defensa
Por la importancia de la Defensa en el plano social y económico, la industria solicita alcanzar una alianza política en materia de financiación que aporte mayor previsibilidad a las inversiones y a los programas a iniciar, fijando compromisos financieros de largo recorrido. Disponer de este marco promueve una mayor eficiencia de las Fuerzas Armadas y ayudaría a la industria de Defensa a invertir todavía más en I+D+i para seguir posicionados como referente mundial.

Como consecuencia de la guerra en Ucrania se ha reactivado el debate nacional sobre la necesidad de incrementar el presupuesto de Defensa español. Este debate se está planteando fundamentalmente en torno a dos ideas principales: alcanzar el 2% del PIB y elaborar una Ley de Programación de Defensa. En este sentido, según los últimos datos publicados por el CIS, el 45,3% de los españoles cree que se debería aumentar la inversión militar para estar preparados de cara a futuras amenazas.

Desde TEDAE valoramos muy positivamente el compromiso de aumento de la inversión en Defensa y, especialmente, que este vaya dirigido al desarrollo de capacidades de alto nivel y a la reducción de las dependencias estratégicas mediante el desarrollo de tecnologías punteras en Europa.

Es un momento estratégico para que la industria española siga a la vanguardia internacional

Por su parte, este gran acuerdo podría reflejar mecanismos y criterios para otros aspectos como apoyo a la exportación, fomento de la innovación, aplicación de fondos europeos, cooperación industrial de acuerdo con la normativa comunitaria, fomento e incentivo de inversión privada en Defensa u otros relacionados con otras políticas públicas, como empleo o medioambiente.

Nos encontramos en un momento clave en el que hay voluntad política y una mayor conciencia social, por lo que desde la industria debemos ser ambiciosos y dar un paso al frente. Es necesario aumentar y optimizar la inversión en Defensa para mejorar los mecanismos de gestión, adaptar las estructuras administrativas y de las Fuerzas Armadas y aprovechar el talento.

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