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Aina Juliol digital

Aina Juliol

Presidenta Grupo PGI Engineering & Consulting.

La Realidad del Consumo de los centros de datos

Cuando hablamos sobre el consumo de los data centers, a menudo nos encontramos con opiniones polarizadas. Por un lado, están los que los ven como unos monstruos grises devoradores de energía y, por otro, los que defienden su existencia sin cuestionarlos. Lo que hay que entender, sin embargo, es que nosotros, los consumidores, somos quienes realmente decidimos cuánto impactan en la demanda de energía.

Aunque muchos piensen que el consumo de energía de estas infraestructuras es cuestión de grandes corporaciones y gigantes tecnológicos, la verdad es que es nuestra propia demanda de servicios digitales la que marca el ritmo.

Es fundamental también empezar por aclarar qué es un data center para que todos tengamos la misma percepción. Los data centers son infraestructuras que almacenan y procesan toda la información digital que mueve el mundo.

Todo lo que hacemos a diario usando nuestras aplicaciones favoritas, desde WhatsApp e Instagram hasta las plataformas de streaming como Netflix, Prime Video o HBO, pasa por estos centros. Lo mismo ocurre con las plataformas de comercio electrónico. Y, si nos ponemos a pensar, casi todas nuestras actividades cotidianas están respaldadas por estas infraestructuras.

A medida que la demanda por estas aplicaciones y servicios crece y que la tecnología que los procesa y almacena va evolucionando, los data centers deben adaptarse: tienen que ser más grandes, más rápidos, más seguros y, por supuesto, más sostenibles. Todo esto implica más consumo energético, claro está.

 

Los data centers necesitan energía constante para que podamos seguir disfrutando de las aplicaciones, contenido y productos al instante

 

Pero no se trata sólo de encender luces y ‘quemar kilowatios’. Estamos hablando de sistemas que necesitan energía constante para que podamos seguir disfrutando en nuestras vidas de las aplicaciones, contenido y productos al instante. Y todo eso, al final, depende de un consumo energético real, aunque, para tranquilidad de todos, no es ni mucho menos tanto como podemos pensar.

Una realidad que tenemos que asumir

Un dato que no debemos olvidar, y que a muchos sorprende, es que el consumo de los data centers representa un 1% del consumo eléctrico global. En España, por ejemplo, los data centers consumieron más de 6 teravatios hora (TWh) de electricidad en 2024.

Para 2030 se prevé que este consumo se duplique, alcanzando los 12 TWh, y para 2050, podría llegar a los 26 TWh. Esto representa un aumento del 300% respecto a los niveles actuales. Aparentemente es un número elevado, pero no es el fin del mundo ni el resultado de un capricho. Al contrario, es la consecuencia directa de vivir en un mundo digitalizado que depende de la tecnología para casi todo lo que hacemos a diario.

No olvidemos que, al igual que nosotros demandamos más aplicaciones y contenido, la infraestructura tecnológica tiene que responder. No podemos comprar algo a través de una plataforma digital, procesarlo, tenerlo a ‘la velocidad de la luz’ y esperar que no haya implicaciones en términos de energía.

Energías Renovables y uso del agua

En España, el 55% de los centros de datos ya funcionan utilizando energías renovables certificadas, superando la media europea. Esto es un avance importante y algo que merece ser destacado. Además, los propietarios y operadores de estos centros ya tienen planes estratégicos para incorporar más sostenibilidad en sus inversiones. Esta es una tendencia que no sólo beneficia al medio ambiente, sino que también es clave para cumplir con las expectativas de los consumidores y la legislación ambiental.

 

 

Por otro lado, uno de los aspectos que más se ha debatido es el uso de agua en la refrigeración de los servidores. Durante mucho tiempo, los centros de datos han dependido del agua para mantener sus equipos a temperaturas óptimas.

Sin embargo, la tecnología ha avanzado y hoy en día muchos centros están optimizando sus sistemas para reducir el consumo de agua, e incluso algunos lo han eliminado por completo.

A pesar de esto, los procesadores de alta densidad que soportan las aplicaciones más demandantes, como la Inteligencia Artificial, aumentan la necesidad de refrigeración, lo que podría hacer que el uso de agua (muy poca por ser circuitos cerrados) sería inevitable en algunos casos.

Como siempre, la innovación está a la orden del día y ya se está considerando la utilización de refrigeración directa al chip y la refrigeración por inmersión, que no sólo permiten optimizar el consumo de energía, sino también reducir el uso de recursos como el agua.

IA y el futuro de los data centers

La Inteligencia Artificial (IA) ha llegado para quedarse, y con ella viene un aumento significativo en la demanda de procesamiento de datos. Hace apenas unos años, un data center de 50 MW se consideraba grande. Hoy en día, ya estamos hablando de potencias que se miden en gigavatios.

Al ser más potentes, este tipo de centros de datos también generan más calor, lo que plantea desafíos de diseño no sólo para hacerlos más eficientes energéticamente, sino también para gestionar el calor generado.

 

Un dato que no debemos olvidar es que el consumo de los data centers representa un 1% del consumo eléctrico global

 

La IA y las supercomputadoras que procesan enormes cantidades de información tienen requerimiGentos mucho mayores, lo que hace que los data centers sean más potentes, pero también más complejos.

Afortunadamente, la industria está avanzando hacia soluciones que se centran en la eficiencia energética, pero también en aprovechar ese calor residual para otros fines, como el calentamiento de otros edificios o infraestructuras cercanas, lo que puede tener beneficios sociales, económicos y ambientales.

Desafíos en la infraestructura energética

El rápido crecimiento de los data centers genera una presión adicional sobre la infraestructura energética de un país. No se trata de que falte energía (de hecho, nos sobra), sino de que necesitamos adaptar la red de distribución de esa energía para hacer frente a la creciente demanda.

Las redes eléctricas deben actualizarse y multiplicarse para satisfacer tanto las necesidades de los data centers como las de los consumidores en general. Esto, a mi parecer, podría lograrse con una colaboración entre el sector público y privado para desarrollar infraestructuras más robustas y sostenibles.

Es importante tener en cuenta que este crecimiento digital no sólo afecta a los data centers, sino que también impulsa otras industrias y fábricas. En clave más tecnológica, hablamos desde diseñadores de videojuegos o creadores de contenido digital hasta empresas de logística que distribuyen y entregan productos comprados online el mismo día. Todo está interconectado.

 

 

Antes de opinar de forma crítica sobre la energía que consumen los data centers, primero deberíamos reflexionar sobre nuestra propia demanda. El digitalizado mundo en el que vivimos es el resultado directo de nuestras decisiones como consumidores.

En resumen, cruciales para nuestra vida cotidiana

Es difícil imaginar un mundo sin los centros de datos. Son fundamentales para que Internet funcione, para que nuestras aplicaciones estén disponibles y para que podamos ver nuestras películas favoritas sin interrupciones.

 

Para 2030 se prevé que el consumo se duplique hasta los 12 TWh y para 2050 podría llegar a los 26 TWh

 

De hecho, podríamos decir que los data centers son ahora tan esenciales como otros servicios críticos, como los hospitales o los aeropuertos. Pensemos en el ataque a los servidores del Hospital Clínico de Barcelona hace un tiempo o en el caos reciente en el aeropuerto de Heathrow. Estos incidentes demostraron lo dependientes que somos de estas infraestructuras.

Sin embargo, su expansión plantea una serie de retos que debemos abordar. Desde el consumo energético hasta el uso de recursos hídricos y la adaptación de la infraestructura eléctrica, lo que requiere un equilibrio entre crecimiento tecnológico y sostenibilidad.

En última instancia, no pensemos que el consumo de energía en los data centers es decisión de un pequeño grupo de empresas. Lo decidimos entre todos a medida que demandamos más aplicaciones, más velocidad y más capacidades digitales. Quizás sea útil pensar en cómo nuestras propias decisiones como usuarios están configurando el futuro de la tecnología y, por ende, del consumo de energía.

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