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Beatriz Crisóstomo sum

Beatriz Crisóstomo Merino

Responsable de innovación global en Iberdrola

Descarbonización, descentralización y digitalización

Las 3D que definen la transformación del sector energético

El mundo en el que vivimos está cambiando muy rápidamente, y la digitalización tiene mucho que ver con esta transformación. Concretamente, en el sector energético, la digitalización plantea una oportunidad de transformación, actuando como palanca de un modelo energético más sostenible y descarbonizado. A su vez, permitirá la  ‘electrificación’ de la economía, clave para la recuperación económica, y la consecución de los objetivos de neutralidad de emisiones en 2050.

Nos dirigimos hacia un modelo descarbonizado en el que las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el consumo de energía deben ir desapareciendo progresivamente, de modo que los ciudadanos puedan cubrir sus necesidades energéticas de manera sostenible, a un precio competitivo y con seguridad de suministro.

El primer reto para lograr una transición energética eficiente es descarbonizar al máximo el sector eléctrico, el mejor situado para esta transición de forma inmediata y competitiva, gracias a su capacidad de integrar energías renovables, al mismo tiempo que mejora drásticamente la eficiencia general del sistema energético. Se espera alcanzar un 65% de generación eléctrica renovable en 2030 y el 85% en 2050.

El segundo reto al que nos enfrentamos es descarbonizar la economía mediante una mayor electrificación de nuestra sociedad en general y, más en particular, nuestros domicilios, nuestro transporte, nuestras empresas y nuestras ciudades. La electrificación de la economía es clave para la recuperación económica, dado que el sector eléctrico es uno de los que mayor efecto arrastre ejerce, generando doce empleos en sectores como la construcción, la fabricación de bienes de equipo, los servicios de ingeniería o instalación o la máquina herramienta por cada empleo interno.

Por último, no podemos dejar de lado otro aspecto determinante de esta transformación del modelo energético, la revolución digital.

 

 

Sector eléctrico descarbonizado

Hasta la fecha, la descarbonización de la electricidad contaba con dos importantes obstáculos: su coste y su integración. La digitalización facilita el desarrollo de tecnologías que antes no eran técnicamente posibles o resultaban económicamente inviables, integrándolas a lo largo de la cadena de valor del sistema eléctrico.

Las tecnologías digitales tienen un mayor impacto en tres grandes áreas: activos y procesos; consumidor, que se transforma en “prosumidor” (productor-consumidor), y en los procesos internos y empleados.

Por una parte, la digitalización contribuirá a la integración de las energías renovables y la generación distribuida. Gracias a la digitalización, hoy en día es posible contabilizar los flujos de energía que van desde y hacia el consumidor, gestionándolos de manera activa. Esto significa que el consumidor, además de comprar la energía a su comercializadora o directamente en el mercado, ahora tiene la opción de producir su propia energía (generalmente renovable), almacenarla, e incluso vender los excedentes al sistema. Será también posible la implantación de microrredes, que aportan soluciones a poblaciones y comunidades aisladas.

Asimismo, las tecnologías digitales resultarán fundamentales para la planificación y la operación del sistema, y mejorarán la eficiencia, la seguridad y la sostenibilidad. La recopilación de gran cantidad de datos y el uso de tecnologías de inteligencia artificial ayudan a mejorar la planificación de los sistemas energéticos con inversiones en plantas de producción y en redes de manera más coordinada, complementando la infraestructura existente. Por otra parte, es posible reducir los costes de operación y mantenimiento a través de la analítica de datos.

Contribuirán además a mejorar la transparencia, la trazabilidad, la eficiencia y el consumo energético. La digitalización está permitiendo aumentar la capacidad de recolección de una elevada cantidad de información con un gran potencial. Esta información puede ser de extrema utilidad para las compañías energéticas en la definición del perfil del futuro cliente eléctrico, permitiéndoles ofrecer productos personalizados, pero también incrementando el protagonismo de los consumidores.

La digitalización plantea una oportunidad de transformación y actúa como palanca de un modelo energético más sostenible y descarbonizado

Son muchos los ejemplos de dispositivos inteligentes para reducir el consumo en los hogares. Los termostatos inteligentes ya permiten realizar un control remoto de la temperatura de los hogares o de los edificios, reduciendo el consumo energético asociado. La iluminación inteligente es otro ejemplo de sistema para mejorar la eficiencia en los hogares. Con la utilización de sensores y controladores, así como con información sobre condiciones de luz natural o de ocupación del edificio, es posible un uso más eficiente de los recursos, a la vez que se mantiene e incluso mejora el nivel de iluminación. Por último, los contadores inteligentes se erigen en el paradigma de la digitalización al servicio del ahorro energético, ya que permiten a los consumidores acceder a la información sobre su consumo eléctrico y monitorizar su demanda de energía en tiempo real.

 

 

Movilidad eléctrica

Actualmente el sector transporte representa más de una cuarta parte de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de la UE, y el 70% corresponde al transporte por carretera. En este sentido, el vehículo eléctrico es considerado como uno de los elementos clave en el cambio hacia un futuro inteligente y bajo en emisiones de CO2.

Gracias a la digitalización, los vehículos eléctricos y la infraestructura de carga asociada representan además una evolución profunda. La carga inteligente permite a los vehículos la recarga de electricidad cuando hay baja demanda y producción abundante con bajas emisiones de carbono, o mantenerse en espera cuando la red está congestionada o la demanda del sistema es muy alta. Además, con los servicios de vehículo a red, todavía en fase inicial, también se pueden ofrecer servicios de gestión de la demanda.

Además, con tecnologías como la inteligencia artificial o el IoT se están desarrollando nuevas soluciones de movilidad, tales como la movilidad como servicio, la conducción autónoma, etc.

Las compañías energéticas fueron pioneras digitales, utilizando las tecnologías emergentes para facilitar la operación y gestión de las redes

La inteligencia artificial en el sector energético

Hablar de digitalización de la energía conduce a hablar de información y de datos en un sistema complejo. Y es la tecnología la que consigue que el dato se convierta en un valioso activo para la toma de decisiones empresariales. La inteligencia artificial nos permite tomar decisiones más inteligentes y con mejores retornos.

Los beneficios de la digitalización y el uso de la inteligencia artificial en el ámbito energético se pueden apreciar en toda su cadena de valor. Son las palancas fundamentales para conseguir una mayor eficiencia energética. En el caso de las redes de distribución, la inteligencia artificial permite analizar un gran volumen de datos en tiempo real. Gracias a esta tecnología, los contadores inteligentes procesan los datos de forma rápida y eficiente. También mejora la monitorización y el control de la red, lo que se traduce en numerosas ventajas para el usuario al detectar y resolver incidencias más rápido y de manera más precisa.

La inteligencia artificial también tiene un impacto directo en la actividad comercial y la atención al cliente. Gracias al Big Data y al desarrollo de algoritmos estamos transformando los hogares en inteligentes y sostenibles, permitiendo que el consumidor tenga un papel activo en la toma de decisiones. Se realizan análisis de los consumos de los clientes para garantizar tarifas personalizadas que mejor se adapten a sus necesidades y con las que puedan ahorrar más.

Esta capacidad de adaptación se consigue con la información de consumo proporcionada tras el despliegue de la red inteligente y el desarrollo de la tecnología, que permite la gestión eficiente e inteligente de millones de datos.

 

Redes inteligentes

Las redes inteligentes, dotadas con contadores inteligentes, disponen de los elementos tecnológi­cos necesarios para gestionar las nuevas estructuras tecnológicas conectadas, detectar pérdidas de red y predecir de manera anticipada los posibles fallos e interrupciones de funcionamiento.

Iberdrola ha transformado sus redes en inteligentes con herramientas digitales e inteligencia artificial. Las redes inteligentes permitirán ofrecer un amplio abanico de servicios a los clientes, mejorar la calidad del suministro, atender a las necesidades en términos de energía eléctrica que va a demandar la sociedad en el futuro y gestionar la distribución de energía de forma óptima.

Gracias al proyecto STAR, Iberdrola ha completado el proceso de digitalización de su red de distribución en España. Se han instalado más de 10,8 millones de contadores digitales y la infraestructura que los soporta, y se han adaptado unos 90.000 centros de transformación, a los que ha incorporado capacidades de telegestión, supervisión y automatización. Este proceso de digitalización ha supuesto una inversión de 2.000 millones de euros.

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