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Andrés Vicente

Andrés Vicente

Presidente y CEO de Ericsson en España y Portugal.

Llamada a la acción para el impulso del 5G en Europa

Nos encontramos en un momento crucial tecnológicamente hablando. Los avances en nuevas tecnologías y telecomunicaciones que estamos viviendo nos trasladan a otros momentos revolucionarios como el nacimiento de internet o la revolución industrial. Sin embargo, en esta ocasión, Europa corre el riesgo de quedarse fuera de este salto tecnológico. Nuestro continente acumula un importante retraso en el despliegue del 5G.

Si consideramos el número de nodos 4G actualizados a finales de 2022, el desarrollo de 5G en otros polos globales ha sido rápido y relevante: Corea del Sur (86%), América del Norte (31%), China (28 %), Japón (19 %) y Oriente Medio (13 %), frente a un decepcionante 11 % en Europa.

La buena noticia es que se está trabajando arduamente para cerrar esa brecha. Europa se encuentra en una posición estratégica para acelerar el despliegue del 5G en la banda media y las empresas europeas estamos comprometidas a tomar medidas para alcanzar los objetivos establecidos. Reconocemos la importancia económica y social de esta tecnología y estamos trabajando para impulsar su adopción.

Además, es importante destacar que Europa ha demostrado históricamente su capacidad para ponerse al día en términos de tecnología. Aunque el porcentaje actual de despliegue del 5G es decepcionante, confiamos en que, con los esfuerzos conjuntos de industria y gobiernos, lograremos alcanzar un crecimiento significativo en los próximos años.

El panorama evolutivo para los próximos tres años presenta nuevas oportunidades de crecimiento y progreso en el despliegue del 5G

Esperamos que Europa, con su historia de innovación, pueda alcanzar una tasa de despliegue del 5G por encima del 30% en los próximos tres años. Para ello, todos los actores involucrados debemos unirnos para asegurar que Europa se mantenga a la vanguardia de la carrera tecnológica mundial. En Ericsson estamos seguros de que, trabajando juntos, podemos construir un futuro digital próspero y brindar beneficios significativos a nuestra sociedad y economía.

Contexto mundial y regulación europea
El 4G permitió la digitalización de los ciudadanos. El uso combinado de smartphones y conectividad de alta velocidad propició el nacimiento de una economía digital que aceleró el desarrollo de la economía estadounidense. El rápido despliegue de infraestructura en EE.UU. fue determinante en el desarrollo de un próspero ecosistema de startups. Entre 2011 y 2020, ese ecosistema fue valorado en 12.000 millones de dólares, claramente por encima de los 2.000 millones de dólares de Europa durante el mismo período. Ese incremento en la inversión y la innovación tuvo un efecto multiplicador en la economía de Estados Unidos. Mientras tanto, Europa experimentaba una disminución del 5% del PIB per cápita.

 

Las redes 5G están destinadas a convertirse en la columna vertebral de la sociedad del futuro. Mejorarán la productividad de las empresas y las administraciones, impulsarán el desarrollo de las ciudades y la industria 4.0, y darán soporte a tecnologías como la realidad aumentada/virtual, internet 3.0 y los coches conectados.

Sin embargo, existen elementos que pueden frenar estos avances hacia el futuro en Europa. Por ejemplo, la regulación actual, que lleva en vigor tres décadas y fue diseñada para facilitar la transición de los monopolios a la competencia. Sin embargo, ésta ha demostrado ser intervencionista en exceso y se ha centrado en aumentar artificialmente el número de operadores en cada estado miembro, buscando así reducir los precios que se cobran al consumidor final.

Esto ha llevado a una fragmentación del mercado europeo de las telecomunicaciones: 38 operadores con más de medio millón de clientes cada uno, en contraste con 7 en Estados Unidos, 4 en Japón y 3 en Corea del Sur. Esta fragmentación ha provocado una pérdida de escala para los operadores europeos, ya que su escala media es de 4,4 millones de abonados, en comparación con los 95 millones de abonados en Estados Unidos.

Europa está trabajando para cerrar la brecha en la adopción del 5G, aprendiendo de la experiencia frente a Estados Unidos y tomando medidas para acelerar su implementación

Debilidad operativa e incapacidad de inversión
Además, el sector de las telecomunicaciones en Europa ha enfrentado una debilidad operativa estructural durante casi una década, lo que se refleja en valores de Retorno del Capital Invertido (ROCE) muy por debajo del coste medio del capital. En 2021, el ROCE de los operadores europeos fue del 6,7%, mientras que el coste de capital se situó entre el 10% y el 12%. Esta situación ha generado una incapacidad de inversión en el despliegue del 5G, ya que la participación necesaria para implementar esta tecnología con una tasa de retorno positiva es del 30%. En comparación con Estados Unidos y Japón, la capacidad de inversión por habitante en Europa es un 102% y un 127% inferior, respectivamente.

También, la asignación de espectro juega un papel importante en este contexto. Los reguladores nacionales pueden tener un impacto perjudicial al amplificar la presión financiera sobre los operadores en esta área. Esta presión adicional dificulta aún más la situación financiera de los operadores y el despliegue eficiente del 5G, así como la atracción de nuevos inversores en Europa. La industria europea opera con uno de los ROCE más bajos de todos los sectores estratégicos y tiene la relación Capex a ingresos más alta de todos ellos.

Superar las dificultades
Para superar estas dificultades es necesario revisar y adaptar la regulación existente, fomentar la consolidación intramercado y paneuropea, y establecer políticas que promuevan la inversión y la eficiencia en la asignación del espectro. Esto permitiría a los operadores europeos ganar escala y equilibrar sus modelos operativos, recuperando así la capacidad de inversión necesaria para impulsar el despliegue del 5G.

Asimismo, es crucial maximizar la inversión privada, lo cual implica sacrificar los ingresos en las subastas de espectro. En Europa, el coste global de las subastas de 5G en 700 MHz y 3400-3800 MHz entre 2016 y 2022 fue superior a 25.000 millones de euros. Para reducir estos costes, una medida eficaz sería imponer obligaciones de inversión a los operadores en lugar de tarifas de uso público del espectro, fomentando así una mayor inversión en infraestructura.

También es fundamental que el Gobierno ejecute los fondos (EURF) ya aprobados por la UE con el objetivo de facilitar la recuperación y resiliencia europea. Estos fondos deben destinarse a subvenciones y préstamos a bajo interés para los estados miembros. A modo de ejemplo, el Plan Único Rural de la UE, que financiará la conectividad de banda ancha móvil para todos, reduciendo las brechas digitales.

En comparación con Estados Unidos y Japón, la capacidad de inversión por habitante en Europa es un 102% y un 127% inferior, respectivamente

Igualmente, es importante eliminar las tasas por la utilización del espectro y la imposición de obligaciones de cobertura para impulsar el despliegue del 5G en Europa. Así, se abriría un nuevo panorama de oportunidades para los operadores, permitiéndoles destinar mayores recursos a la expansión y mejora de sus redes, lo que aceleraría la llegada del 5G a más lugares e impulsaría la competitividad y la innovación en el sector.

En cuanto a la imposición de obligaciones de cobertura a los operadores, con ellas se garantizaría un despliegue de infraestructura más equitativo y efectivo, llegando a áreas que, de otra manera, podrían quedar desatendidas. Estas obligaciones de cobertura beneficiarían a las zonas rurales menos pobladas, pero también a áreas urbanas donde la demanda de servicios de alta velocidad es cada vez mayor.

Evolución de la industria
Por otro lado, los operadores y empresas líderes en el sector deben dar pasos hacia la evolución de la industria, buscando su consolidación y explorando alternativas de futuro que generen ingresos innovadores y sostenibles. La colaboración público-privada es clave en este proceso. Un buen ejemplo de esta colaboración es Open GateWay, que demuestra cómo la colaboración entre diferentes actores puede impulsar el desarrollo de nuevas soluciones y modelos de negocio en el ámbito de las telecomunicaciones.

En este sentido, en Ericsson estamos altamente comprometidos en valorar, proteger y fomentar la innovación europea. Trabajamos por acelerar el despliegue del 5G y contribuir al desarrollo de redes privadas, aprovechando las oportunidades que brinda el 5G SA (Stand Alone) y colaborando con actores estratégicos como Vonage, lo que permitirá evolucionar el modelo de negocio y mantener el liderazgo europeo.

Para asegurar un futuro próspero y competitivo en el ámbito del 5G en Europa es necesario que el Gobierno ejecute los fondos disponibles, se realice una reforma regulatoria, se promueva la inversión privada y se fomente la colaboración público-privada. Tengo confianza en que, trabajando juntos, podremos alcanzar un futuro digital exitoso y mantenernos a la vanguardia de la economía y la tecnología global.

 

Redes 5G, la futura columna vertebral de la sociedad

El proyecto Open GateWay ejemplifica perfectamente cómo la colaboración puede impulsar nuevas soluciones y modelos de negocio.

Es necesario que se ejecuten los fondos europeos disponibles, se realice una reforma regulatoria, se promueva la inversión privada y se fomente la colaboración público-privada.

La eliminación de las tasas por la utilización del espectro permitiría la apertura de un nuevo panorama de oportunidades para los operadores

Imponer obligaciones de cobertura garantizaría que la infraestructura se despliegue de manera más equitativa, efectiva y promovería una mayor competencia.

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