Logística urbana y transporte de mercancías en la última milla
En un mundo que se mueve a la velocidad de la innovación, donde la tecnología está cambiando nuestra forma de movernos y relacionarnos con el entorno, la movilidad y el transporte se encuentran en el epicentro de una transformación nunca vista; desde vehículos autónomos hasta semáforos y aceras inteligentes. En este artículo se pretende dar una visión sobre el futuro de la logística en la última milla que ya es presente.
Cada mañana, miles de paquetes y cartas inician su viaje hacia portales, comercios y oficinas, atravesando calles, puentes, parándose en semáforos, esquivando bicicletas… La última milla no es solo un tramo logístico, es el flujo constante que conecta la infraestructura de la cadena de suministro con la vida de los ciudadanos, dinamizando la actividad económica urbana y rural.
Visualizar este recorrido es comprender cómo los datos fluyen en tiempo real desde cámaras, sensores y sistemas inteligentes que van dibujando estos caminos en las ciudades. Esta red de información permite programar y optimizar la movilidad logística, determinar en tiempo real cuándo va a llegar un paquete a su destino, seleccionar rutas más eficientes y evitar atascos, contribuyendo a mejorar la eficiencia operativa y reducir la huella de carbono.
El transporte y movilidad en la última milla están experimentando una transformación integral impulsada por la digitalización, la inteligencia artificial y la automatización. Este proceso se ha vuelto más intenso en la etapa postpandemia. La crisis del COVID19 impulsó principalmente el auge del comercio electrónico y el cambio de los hábitos de consumo y aceleró la digitalización de éste, disparando la demanda de entregas a domicilio, obligando a la adaptación de los sistemas logísticos en entornos urbanos.
En este nuevo escenario, muchas de las infraestructuras existentes no estaban preparadas para estas demandas logísticas y las barreras físicas no facilitaban el acceso a zonas dentro de las ciudades o entornos rurales. Esto suponía un incremento en los costes operativos tanto de entrega como de recogidas de paquetes y creó un gran reto en la gestión eficiente de la última milla,
Los desafíos
Según el informe ‘La descarbonización del transporte’1 del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, el transporte de mercancías representa cerca del 39% del consumo total de energía final en España. Además, el sector en su conjunto, incluyendo ámbitos urbanos, interurbanos y rurales, es uno de los principales emisores de Gases de Efecto Invernadero (GEI), como el dióxido de carbono (CO₂), el metano (CH₄) y el óxido nitroso (N₂O), que contribuyen en gran medida al cambio climático. En 2019, esta actividad fue responsable del 29,6% de las emisiones nacionales de GEI, situándose al nivel de sectores como la industria y la agricultura. Dentro de todo este proceso de transporte, podemos estimar que la entrega de la última milla representa alrededor del 41% del coste total del proceso logístico, incluyendo tareas como el almacenamiento, la clasificación y el embalaje de los productos.
En cuanto al impacto urbano, en 2025 se calcula que el reparto de última milla genera aproximadamente el 47% del tráfico en ciudades como Madrid, según datos de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores2.
En este contexto, uno de los principales desafíos de la logística urbana en la última milla es superar los retos de las infraestructuras urbanas, muchas de las cuales no están preparadas para la demanda comercial emergente en la que nos encontramos.
La logística urbana se enfrenta diariamente a retos como la congestión del tráfico, las entregas en horas punta, las elevadas emisiones de GEI y los altos costes operativos, todo ello en una situación que exige soluciones de reparto cada vez más ágiles, flexibles y eficientes. La entrega de la última milla lleva consigo múltiples desplazamientos en zonas urbanas, muchas veces con vehículos de combustión que generan emisiones GEI deteriorando los ya existentes problemas de calidad del aire en muchas ciudades. A ello se suma una creciente presión social y regulatoria por parte de consumidores y Administraciones, que exigen reducir la huella de carbono asociada a la entrega de sus pedidos.
En este escenario, cobran relevancia los desplazamientos a pie, en bicicleta o patinete y las plataformas de movilidad inteligente como los vehículos ecológicos, así como los servicios de geolocalización en tiempo real y las aplicaciones de Inteligencia Artificial y Big Data, destacando la creciente red de taquillas inteligentes (lockers), y puntos de recogida y entrega (PickUp and DropOff, PUDO) para facilitar la distribución en la última milla, adoptando su completa automatización con la llegada de los robots autónomos terrestres y drones. Estas soluciones no solo mejoran la eficiencia operativa, sino que también responden a la demanda de sostenibilidad y personalización de las entregas al consumidor actual.
Todos estos factores están impulsando una transformación estructural del modelo logístico tradicional hacia soluciones más eficientes, sostenibles e inteligentes. Estas nuevas soluciones deben ser capaces de adaptarse a la naturaleza cambiante del entorno urbano, afectado por incidencias como obras, eventos o accidentes, y enriqueciéndose de los sistemas generadores de datos activos en la ciudad, como sensores IoT, cámaras o dispositivos móviles. Esta integración permite desarrollar operaciones logísticas más personalizadas y ágiles, adaptándose a las condiciones específicas en cada momento y situación.
Innovaciones tecnológicas y modelos emergentes
Diversas soluciones tecnológicas innovadoras están redefiniendo por completo la logística de última milla, desde la atención al cliente hasta la entrega final de cartas y paquetes en entorno urbanos o rurales. Esta transformación se materializa en experiencias más personalizadas, rutas optimizadas en tiempo real y una reducción significativa de los costes operativos en que se estaba incurriendo.
La última milla no es solo un tramo logístico, es el flujo constante que conecta la infraestructura de la cadena de suministro con la vida de los ciudadanos
La integración de servicios ofrecidos en plataformas multicanal, la utilización de los asistentes conversacionales en todas las relaciones con los consumidores, la consolidación de entregas y logística inversa mediante la fusión de cartas y paquetes son algunos ejemplos de esta evolución tecnológica.
En el plano operativo, con la adopción de dispositivos móviles, sensores IoT y fuentes de datos externas, permite una gestión predictiva y resiliente de la última milla. Gracias al consumo de datos en tiempo real, el uso de gemelos digitales de centros logísticos y modelos analíticos avanzados es posible planificar con precisión los movimientos de mercancías, así como gestionar el tráfico urbano dinámicamente.
Estos modelos analíticos avanzados, y en particular los modelos predictivos, mejoran la capacidad de anticipación, la precisión de la demanda y la planificación eficiente en el uso de recursos, consiguiendo optimizar y mejorar la experiencia de los usuarios.
El despliegue de vehículos eléctricos, la aparición de edificios inteligentes y la implantación de las herramientas de seguimiento ambiental están permitiendo monitorizar en tiempo real el impacto ecológico de la distribución de la última milla, tanto en términos de contaminación atmosférica como acústica. Si a esto le sumamos la automatización de procesos y una gestión avanzada del dato, se refuerza significativamente la eficiencia global del sistema logístico. Todo ello prepara a las empresas logísticas para un modelo de última milla más sostenible, eficiente, conectado y centrado en las necesidades del usuario.
Los robots móviles ya son una realidad que han transformado por completo el almacenamiento y la logística en los últimos años. Su expansión hacia la última milla será cada vez más viable a medida que aumente la confianza en la tecnología y se establezca un marco regulador adecuado. Un robot móvil es un dispositivo programado para desplazarse de forma autónoma, sin intervención humana, tomando decisiones y ejecutando tareas de forma desatendida. Con la tecnología de algoritmos de aprendizaje automático será capaz de adaptarse a diferentes entornos y circunstancias. No obstante, su integración en el espacio urbano requiere una transformación del entorno físico.
Todo este salto tecnológico que está revolucionado la logística ha aumentado la superficie de exposición al riesgo, multiplicado el número de ciberataques y generado nuevas vulnerabilidades en los sistemas digitales. Ante esta realidad, resulta imprescindible que las organizaciones adopten estrategias integrales de ciberseguridad para salvaguardar la información y garantizar la continuidad operativa en una cadena de suministro cada vez más digitalizada y automatizada. Toda esta evolución tecnológica tiene que ir acompañada de una formación continua y una mayor concienciación tanto de los equipos técnicos como de los usuarios finales, sólo así se podrá construir una verdadera cultura de ciberresilencia.
El transporte y movilidad en la última milla están experimentando una transformación integral impulsada por la digitalización, la inteligencia artificial y la automatización
CORREOS, como operador logístico encargado del reparto de cartas y paquetes, también está avanzando en su proceso de transformación digital con la implantación de dos iniciativas clave: Un Gemelo Digital para su red logística y un Optimizador de rutas de última milla. Esta modernización se apoya en una infraestructura sólida, con más de 2.300 oficinas, 5.900 servicios rurales y 46.000 profesionales que garantizan la capilaridad del servicio y refuerzan la eficiencia en las entregas urbanas y rurales.
Perspectivas de futuro en la última milla
La evolución de la logística urbana va avanzando aceleradamente hacia modelos más automatizados, conectados e inteligentes, con un fuerte enfoque en la sostenibilidad. Tecnologías como la IA, los análisis predicativos de comportamientos y los gemelos digitales para simular y planificar operaciones logísticas, están transformando la forma en que se gestionan las entregas en el entorno urbano. El despliegue de soluciones autónomas en áreas urbanas, como drones y robots de reparto, implica afrontar importantes retos relacionados con la seguridad, la privacidad y la integración en el tráfico aéreo.
Para que esta transformación tecnológica sea efectiva tiene que ir acompañada de una participación activa de la ciudadanía, una adaptación del entorno urbano y una regulación flexible y dinámica que permita consolidar un ecosistema logístico urbano resiliente, eficiente y alineado con las nuevas demandas del consumidor.
Referencias
1 https://cdn.mitma.gob.es/portal-web-drupal/OTLE/elementos_otle/20230911_monografico_descarbonizacion_del_transporte_vfinal_bis.pdf
2 https://www.aecoc.es/actividad/smart-distribution/