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OMV
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Antonio Pérez Yuste

Doctor Ingeniero de Telecomunicación. Profesor Titular de la Universidad Politécnica de Madrid y miembro del Foro Histórico del COIT

Los operadores móviles virtuales en España

En España, la presencia de los operadores móviles virtuales, OMV, ocupa casi una décima parte del mercado total de las comunicaciones móviles. En este artículo vamos a explicar qué son, cuál es su origen y cómo ha sido su evolución en nuestro país hasta llegar a la situación actual para terminar haciendo un análisis del mercado existente.

Actualmente, existen en España cuatro operadores de servicios de telefonía móvil disponible al público con red propia: Movistar (Telefónica), Vodafone, Orange y Yoigo (propiedad del grupo MasMóvil desde 2016), y un número de ellos cada vez mayor que operan con red móvil virtual. Los primeros cuentan con su propia infraestructura y con la debida autorización para explotar el servicio en una banda del espectro. Los otros, en cambio, no poseen ese derecho y deben utilizar toda o parte de la red de los anteriores para ofrecer sus servicios.

¿Qué es un OMV?

Un Operador Móvil Virtual (OMV) es un operador de telecomunicaciones que no posee ninguna autorización de uso del espectro radioeléctrico, pero que utiliza la red de los operadores móviles que sí lo tienen, llamados Operadores Móviles de Red (OMR), para ofrecer sus propios servicios de comunicaciones móviles disponibles al público.

El tipo de OMV viene determinado por el grado de dependencia que éste tiene en relación con la red de su OMR anfitrión

Los OMV existen desde los años 90 del siglo pasado, como figura comercial creada e impulsada por el proceso de liberalización del mercado de las Telecomunicaciones que arrancó en Europa en 1986. Al calor de los pronósticos que avanzaban una demanda creciente de servicios públicos de telefonía móvil, la empresa Sense Communications intentó, sin éxito, alquilar la red móvil de la operadora danesa Sonofon para ofrecer su propio servicio, bajo su propio código de red móvil (MNC) y su propia tarjeta SIM. Sonofon, sin embargo, no accedió a la solicitud argumentando que no se trataba de una cuestión de interconexión, sino de roaming, lo cual exigía una relación contractual diferente.

Ante las dificultades en Dinamarca, Sense Communications se aproximó seguidamente a Telenor, en Noruega, con un modelo de negocio distinto y jurídicamente más seguro, basado en un contrato de provisión de servicios. El acuerdo se alcanzó en noviembre de 1999, casi a la misma vez que, en el Reino Unido, Virgin y Deutsche Telekom, lanzaban su OMV conjunto a través de la red anfitriona del operador One2One.

Actualmente, el tipo de OMV viene determinado por el grado de dependencia que éste tiene en relación con la red de su OMR anfitrión. Así, se suele hablar de las categorías de: revendedor, proveedor de servicios, proveedor de servicios avanzado, y operador móvil virtual completo. Si bien en España, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (dónde actualmente se integra la antigua CMT) simplifica su clasificación en las categorías de: OMV completos y OMV prestadores de servicios.

Un OMV completo dispone de sus propios elementos de red troncal, SIM, código de operador y recursos de numeración. Esta infraestructura permite que las llamadas puedan empezar y/o terminar en su propia red. Por su parte, los OMV prestadores de servicio no tienen numeración propia y, comparativamente con los otros, tienen desplegada una menor infraestructura. No tienen SIM propia ni código de operador, pero sí pueden tener sistemas de facturación y atención al cliente, aunque dependen de su OMR anfitrión, en mayor o menor medida, para ello.

A estos dos tipos de operadores virtuales hay que añadir una figura emergente, relativamente reciente, como son los enablers, intermediarios entre OMR y OMV que ofrecen servicios de operación, facturación e integración, entre otros, para acortar el tiempo al mercado y reducir la inversión de salida de los OMV (ver cuadro de apoyo).

Historia de los OMV en España

En España, el punto de arranque de los OMV tuvo lugar en 2002 cuando el gobierno de José María Aznar, al calor de la euforia desatada con la subasta de las licencias 3G en el año 2000 y la subasta del dividendo digital un año más tarde, publicó la Orden Ministerial por la que se modificaba la orden original de licencias individuales de 22 de septiembre de 1998, introduciendo en la legislación un nuevo tipo de título habilitante: la del operador móvil virtual. En palabras de dicha Orden Ministerial, se trataba de “alcanzar un nivel de competencia análogo al de la telefonía fija, redundando en la introducción de nuevos y mejores servicios y en un mayor beneficio para los usuarios”.

La resistencia inicial de los OMR incumbentes (Orange, Vodafone y, especialmente, Telefónica), provocó la intervención en 2006 de la entonces Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones que, apoyada por la Comisión Europea, impuso a estos operadores el alquiler de sus redes a los OMV entrantes y la obligación de alcanzar con ellos acuerdos razonables de interconexión. Para acompañar su decisión, entre 2006 y 2013, la CMT llevó a cabo tres glide paths para la fijación de los precios de terminación de llamadas entre los OMV y sus OMR anfitriones.

El resultado fue la multiplicación de nuevos operadores móviles en el mercado español, el primero de los cuales, Carrefour Móvil (hoy desaparecido), lanzó comercialmente su producto en octubre de 2006, utilizando la red de Orange. A ésta le siguió, antes de finalizar ese mismo año, Happy Móvil, del grupo The Phone House, y Lebara, marca británica adquirida luego, en 2018, por el Grupo Masmóvil. Al año siguiente, llegaron Eroski Móvil y Diamóvil (ambas desaparecidas) y nueve operadores más. Mención aparte merece Euskaltel que, desde 1999, venía ofreciendo el servicio de telefonía móvil en el País Vasco como franquicia de Orange, y que perdió esa condición de exclusividad una vez optó por solicitar en 2006 la condición de OMV para poder operar fuera de las provincias vascas.

Por lo general, la estrategia de los OMV en España ha consistido en buscar nichos de mercado especializados

Desde 2007 el panorama de los OMV en España ha evolucionado en dos direcciones. En primer lugar, los OMR han entrado en el negocio de los OMV, creando o adquiriendo compañías para ese fin. Es el caso de O2 (OMV de Movistar), Lowi (enabler de Vodafone), Simyo y República Móvil (operadores low-cost de Orange), y Pepephone, Llamayá, Lebara, Hits Mobile, Lycamobile y Oceans (adquiridos todos ellos por el Grupo MasMóvil). Y, en segundo lugar, la constelación de OMV independientes restantes han buscado reforzar su posición de mercado, sindicándose en torno a plataformas de enablers. Es el caso, por ejemplo, de Bluephone, BT, Lemonvil, Dragonet, Grupalia Internet, Jetnet, Oniti, Quattre, Suop, Telsome, The Telecom Boutique, Voz Telecom y Vozelia, que utilizan la red de Orange gracias a la plataforma del enabler Suma Móvil.

Cifras y figuras de los OMV en España

Por lo general, la estrategia de los OMV en España ha consistido en buscar nichos de mercado especializados. En ese sentido, el segmento prepago y las llamadas internacionales han sido siempre dos de sus refugios preferentes, ofreciendo precios generalmente más competitivos que los OMR. Sólo recientemente, la oferta empaquetada de servicios, como alternativa a las dos opciones anteriores, ha ganado terreno hasta alcanzar el 68,4% del volumen total del negocio de los OMV en 2019.

La CNMC clasifica los Operadores Móviles Virtuales (OMV) en dos categorías: completos y prestadores de servicios

Esa política de especialización ha hecho que los OMV consigan mantener un saldo neto positivo de portabilidades que, en su conjunto, se situó en 391.000 líneas en 2019, frente una pérdida de 386.000 líneas registrada por Orange y de 293.000 registrada por Movistar.

La cuota de mercado acumulada por los operadores virtuales en España a finales de 2019 fue del 9,9% en términos de líneas móviles activas, del 7,1% medido por el valor de los ingresos totales, y de un 12% calculado por el volumen total de tráfico de voz, siendo superior en ese caso a la cuota que en la misma fecha tenía el Grupo MasMóvil.

Por último, de los 48 millones de líneas móviles (teléfonos móviles y data cards) que podían acceder a Internet a través del móvil en España a finales de 2019, 4,3 millones pertenecían a alguno de los OMV, lo que representa un 9% del total. De éstas, 3,1 millones accedían mediante líneas de banda ancha de cuarta generación, LTE, lo que supone un 8,3% de las líneas totales con esa tecnología.

A modo de resumen, combinando todas esas ratios y utilizando números redondos, podríamos decir que, en España, la presencia de los OMV cubre en la actualidad casi una décima parte del mercado total de las comunicaciones móviles.

 

Mobile Virtual Network Enablers

Un habilitador de red virtual móvil (Mobile Virtual Network Enabler, MVNE) o, simplemente, un enabler es un agente que intermedia entre los OMV y los OMR, proporcionando infraestructura y servicios a los primeros para su conexión con la red de los segundos. Este tipo de apoyo puede incluir los sistemas de tarificación, administración, relación con el cliente, operación y mantenimiento.

El uso de enablers permite a los OMV amortiguar la inversión inicial necesaria para comenzar a operar, acortar el tiempo de salida al mercado, centrarse en la creación de su marca comercial, ofrecer una atención personalizada al cliente, lanzar un producto perfilado a su cartera de clientes, además de contar con la experiencia y el saber-hacer del enabler en la relación comercial y técnica con el OMR anfitrión. Casos de enablers que operan en España son Lowi o Suma Móvil.

 

Hacia la comoditización del espectro

El espectro radioeléctrico en España ha tenido tradicionalmente la consideración de bien escaso de dominio público cuya adjudicación, en el caso de las comunicaciones móviles, se ha hecho en exclusividad por medio de algún tipo de título habilitante. A finales del siglo XX, sin embargo, empezó a considerarse la posibilidad de crear un mercado secundario del espectro radioeléctrico mediante la venta o alquiler de los derechos de uso de éste.

Los OMV pueden considerarse, históricamente, los primeros agentes de este mercado secundario, actuando en su caso a través del alquiler. Más recientemente, España también ha regulado los negocios jurídicos de transferencia, cesión y mutualización de esos derechos, así como la posibilidad de usar cualquier banda de frecuencias, para cualquier servicio de Telecomunicaciones, y con cualquier tecnología (neutralidad tecnológica y de servicios).

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