En este contexto, los ingenieros de telecomunicación, aunque no seamos el colectivo más numeroso en este ámbito, estamos especialmente bien preparados para contribuir, liderar y marcar la diferencia.
Preparación técnica integral y transversal
La formación que recibimos en las Escuelas de Ingeniería de Telecomunicación nos dota de una visión holística del ecosistema tecnológico: desde el hardware hasta el software, desde las capas físicas hasta las lógicas, desde las arquitecturas de red hasta los servicios en la nube… Entendemos cómo fluye la información, cómo se interconectan los sistemas y dónde residen los posibles puntos de fallo.
En ciberseguridad, esta comprensión del ‘todo’ nos permite detectar vectores de ataque que van más allá del perímetro lógico o del código fuente, y anticipar amenazas que pueden emerger de una mala configuración de una red, una puerta trasera en un dispositivo IoT o una infraestructura crítica expuesta por error.
Como bien señala Carlos Jiménez, Ingeniero de Telecomunicación, pionero del antivirus en España y fundador de dos compañías de ciberseguridad, en su entrevista publicada en la revista BIT en enero de 2022: “La primera característica que debe tener un teleco, tanto si se quiere dedicar a la ciberseguridad como si no, es la capacidad de adaptación al cambio. Debe tener una gran capacidad de olvidar lo aprendido y volver a empezar de cero con ideas nuevas. Y en eso los telecos destacamos”.
La belleza de pensar como el adversario
Quienes nos dedicamos a la ciberseguridad sabemos que parte de nuestro trabajo consiste en meternos en la mente del atacante: imaginar cómo piensa, cómo actúa, qué objetivos persigue. Solo así podemos anticiparnos, prevenir y diseñar defensas eficaces. La estrategia, la simulación de escenarios y la preparación de planes de respuesta son tareas que requieren tanto rigor como creatividad. Defender es, en gran medida, un ejercicio intelectual apasionante.
Rafael Hernández, Ingeniero de Telecomunicación y responsable de Proyectos Estratégicos de Ciberseguridad en CEPSA, lo expresa de forma muy clara en su entrevista para CyberLideria en Julio del 2024: “Para dedicarte al mundo de la ciberseguridad creo que debes tener una visión 360 grados de tu entorno y de tu organización. Y no olvidar nunca las habilidades de comunicación y de empatía con las personas que trabajan contigo”.
Soft-skills: tan importantes como la técnica
En efecto, más allá de los conocimientos técnicos, la ciberseguridad exige habilidades personales que no siempre se enseñan en la universidad: comunicación, liderazgo, gestión de crisis, trabajo en equipo, empatía, capacidad para influir y para convencer.
La buena noticia es que la formación y la experiencia que adquirimos como telecos (resolviendo problemas complejos, trabajando bajo presión, presentando proyectos…) nos preparan bien para desarrollar estas soft-skills, especialmente si las complementamos con formación específica y experiencia profesional en contextos reales.
Certificaciones: una credencial necesaria
Aunque nuestra titulación es exigente y completa, lo cierto es que el mercado de la ciberseguridad valora de forma creciente la obtención de certificaciones profesionales como CISSP, CISM, CEH o CompTIA Security+. Estas acreditaciones no sustituyen nuestra formación, pero sí la refuerzan y la hacen reconocible a nivel internacional.
En Estados Unidos, por ejemplo, un reciente estudio revela que el 53% de los profesionales del sector no tiene un grado universitario, pero sí certificaciones y experiencia, mientras que los perfiles de ingeniería, que son los mejor retribuidos, representan el 36% del total, muy por encima de los de informática (15%). Nuestro background nos ofrece una base técnica excelente para superar estas certificaciones con garantías. De hecho, deberían formar parte natural de nuestro plan de carrera profesional desde que salimos de la escuela.
Creatividad para simplificar la complejidad
En ciberseguridad no siempre gana quien tiene más medios, sino quien sabe aplicar mejor su ingenio. Muchas de las amenazas a las que nos enfrentamos son complejas y cambiantes. Pero las soluciones más eficaces suelen ser aquellas que, sin perder profundidad, logran simplificar, priorizar y ejecutar.
La capacidad del Ingeniero de Telecomunicación para abstraer, modelizar y resolver problemas complejos con soluciones simples, eficientes y realizables es una de nuestras grandes fortalezas. Y en ciberseguridad, esto marca la diferencia.
Casos reales
El caso de Francisco Lázaro, CISO de RENFE, es ilustrativo. Su trayectoria, desde el diseño de redes hasta su actual responsabilidad en ciberseguridad y privacidad, muestra cómo la formación técnica, combinada con experiencia, visión y compromiso, puede desembocar en una posición de liderazgo en una organización crítica para el país.
Lázaro, también Ingeniero de Telecomunicación, declara en su entrevista para la revista Destino en febrero de 2022: “Estudié Ingeniería Técnica de Telecomunicaciones en la Universidad Politécnica de Madrid, y allí fui adquiriendo conocimientos informáticos que alimentaron aún más mi curiosidad por un mundo emergente”. Hoy, su labor incluye colaboración activa con el CCN, INCIBE, CNPIC, el Foro Nacional de Ciberseguridad y otras entidades clave en el ecosistema nacional de ciberseguridad.
Jóvenes profesionales
Desde aquí lanzo una invitación sincera a los estudiantes de Ingeniería de Telecomunicación y a los recién egresados: explorad la ciberseguridad como campo profesional. No solo por su alta empleabilidad o su proyección internacional, sino por su impacto positivo en la sociedad. Se trata de una vocación, una aventura intelectual, una causa noble.
Con esfuerzo, dedicación y las herramientas adecuadas (formación técnica, soft-skills, certificaciones y una buena dosis de pasión) podéis convertiros en los profesionales que lideren la protección de los sistemas que sostienen nuestro mundo digital.
La demanda de talento en ciberseguridad sigue creciendo, pero no se trata solo de cubrir vacantes. Se trata de construir un futuro más seguro, más resiliente y más confiable. Los Ingenieros de Telecomunicación tenemos mucho que aportar: conocimiento, visión, rigor, creatividad y compromiso. Es hora de dar un paso al frente.
