Cuando todavía no podemos decir que ha pasado la crisis sanitaria, nos enfrentamos ya a una crisis económica y social que no solo es global, sino que también afecta a la espina dorsal de toda nuestro modelo de vida debido a su transversalidad.
2020 será recordado como el año de la pandemia del COVID-19, pero también es el año en el que celebramos el centenario del Título Oficial de Ingeniero de Telecomunicación, nacido en 1920. En realidad, el centenario se celebra del 22 de abril de 2020 hasta la misma fecha de 2021, por lo que todavía nos quedan numerosas acciones por desarrollar, de las cuales iremos dando debida cuenta a lo largo de los próximos meses.
Precisamente, el centenario nos llega en un momento de inflexión para nuestra profesión debido a las múltiples crisis antes mencionadas, y en las que las tecnologías de la información y las comunicaciones se han mostrado como imprescindibles para enfrentar este reto sin precedentes en nuestra era, especialmente y como se demostró, durante los meses que duró el confinamiento domiciliario.
Por ello, tanto el Plan de Recuperación de la Unión Europea como el español, colocan la digitalización como de unas de sus prioridades, destinando a este fin más del 30% de los fondos comprometidos. Si no queremos perder competitividad empresarial y buscamos mejorar nuestra resiliencia social, la digitalización es una pieza clave de nuestro futuro.
En este número de la revista BIT, el último del año, hemos querido dedicar nuestro Especial a recoger una serie de visiones sobre este nuevo escenario y la importancia de las telecomunicaciones en algunos sectores críticos para una sociedad desarrollada, como la educación, la sanidad, la movilidad, la logística, el financiero o el turismo.
De la lectura de estas páginas se extrae la conclusión de que las TIC no solo están presentes en todos los sectores económicos o sociales, sino que son precisamente las que hacen que el conjunto de la actividad de un país pueda avanzar mejorando su calidad y servicios.
