Como miembro del Instituto de Consejeros-Administradores (Asociación Española de Consejeros) desde el año 2005, los asuntos del gobierno corporativo me preocupan. En el seno de la asociación se crea un excelente ámbito de aprendizaje donde, naturalmente, se trata el contexto digital. Por ello, traigo a esta tribuna dicha materia.
El gobierno corporativo es un asunto muy relevante para el progreso de las empresas y, por ende, de la sociedad. El grado de penetración de las TIC en la vida de las corporaciones es de tal magnitud y está tan entreverado en la propia esencia de las mismas que se precisa entender muy bien los entresijos tecnológicos, sus mecanismos de acción, las dependencias mutuas que dichas TIC inducen entre las diferentes partes interesadas, etc. para poder vislumbrar el largo plazo (y no tan largo).
Piénsese en asuntos tales como el 5G, la ciberseguridad, el Big Data, la inteligencia artificial, la computación cuántica, etc. Por ello, el paradigma digital es (o debe ser) la piedra angular en la estrategia de las corporaciones. De lo anterior se desprende que los consejos de administración han de sufrir su propia revolución para adaptarse y no ir a remolque de esta realidad, tal y como apunta el informe ‘Consejos de Administración de las empresas cotizadas’ publicado por PwC en noviembre de 2018, donde se indica que “la revolución digital está cambiando profundamente el tejido empresarial. (…) El Consejo, como máximo órgano de gobierno (…), no puede ser ajeno a una transformación que afecta al modelo de negocio y a la sostenibilidad de la organización”.
Así mismo, el informe ‘Directors and IT. A user-friendly board guide for effective information technology oversight’ de PwC pone de manifiesto que “muchos miembros de los consejos se sienten incómodos en esta labor de supervisión y, en muchos casos, carecen del conocimiento suficiente para desarrollar correctamente esta función”.
Perfiles y conocimiento
Pero, ¿cómo abordar ésta adecuación a la realidad? Creemos que hay un aspecto de urgencia ineludible: el perfil de los consejeros y, en concreto, sus conocimientos en el ámbito de las Tecnologías de la Información. Por ello, se hace necesario que el rol que tomen los profesionales de las TIC dentro del consejo no sea de meros asesores, sino de profesionales con capacidad de decisión. En definitiva, no se trata de que los consejeros sean asesorados en esta materia sino que sean muchos de ellos profesionales del sector.
De esta manera, se abordaría esta problemática desde el conocimiento y así los consejeros podrán, y no solo querrán, analizar con capacidad de discernimiento e inferir los impactos en la sostenibilidad de la empresa. Los asuntos en liza y sus posibles efectos son de tal envergadura, dificultad y hondura que no hay una fácil marcha atrás, por lo que, para supervisar, y no solo para gestionar, se hace imprescindible el conocimiento y así evitarnos el lamento por daños irreversibles. En definitiva, se trata de no romper el binomio capacidad-responsabilidad. A modo de ejemplo, citemos, brevemente, dos asuntos: la ciberseguridad y la computación cuántica.
En la mayor parte de los consejos de administración están muy preocupados por la ciberseguridad, una cuestión que puede poner en alto riesgo incluso la viabilidad de la corporación. Un asunto de tanta transcendencia no puede ser tratado sin un saber profundo y a posteriori. Es decir, no solo se trata de anticiparse y recopilar papeles que `garanticen´ que no van a existir problemas. Consiste en aplicar, de manera continuada, iterativa y apriorística las medidas acertadas para limitar el riesgo. Además, es necesaria una importante capacidad de discernimiento no solo para proponerlas, sino también para supervisarlas.
Los profesionales de las TIC en España cuentan con una excelente formación y experiencia en la gestión y administración de las corporaciones
Otro de los asuntos de calado es la computación cuántica. La revolución que introducirá la computación cuántica es muy importante. El incremento de capacidad de computación es tal que un cálculo que se tarda en realizar con la computación tradicional 28.000.000.000.000.000.000.000 años pasa a tardar 100 segundos con la computación cuántica. El hardware no se fabricará con los mismos elementos que en la actualidad –por cierto, será, probablemente, con `guía de ondas’–. Tampoco los software de aplicación actuales funcionarán para los nuevos computadores cuánticos.
Así pues, habrá que amortizar las inversiones contemplando periodos realistas y gestionar el `transitorio’ que conjugue las mejoras de la computación cuántica con los activos actuales. En definitiva, se pone de manifiesto, de nuevo, que tendrá que haber perfiles TIC que puedan vislumbrar el futuro, bastante inmediato, y supervisar, con la mínima razonable capacidad, ese disruptivo devenir.
Se podrá argüir que los consejeros, además de conocimientos en Tecnologías de la Información, tienen que saber de gestión, evidentemente. Pero ello no resta ni un ápice a la necesidad, cada vez más ineludible, de contar con un número alto de miembros en los consejos de administración con preparación y experiencia TIC.
La buena noticia es que en España este tipo de profesionales cuentan además con una excelente formación y experiencia en la gestión y administración de las corporaciones, por lo que no va a ser difícil encontrar estos perfiles. En este campo, los Ingenieros de Telecomunicación tenemos mucho que aportar en tanto que somos una de las piedras angulares del sector.
Sería un gravísimo error abordar la cuestión desde el punto de vista de la forma, desde la presencia, y no hacerlo desde el fondo, teniendo en cuenta el conocimiento, la esencia. Luego no nos lamentemos cuando la marcha atrás sea muy difícil ni nos sorprendamos de lo evidente.