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Pilar Pellicer

Miembro del GT de Transformación Digital y del GT Mujer IT del COIT

Telecomunicaciones

Pasado, presente y futuro de la mujer

Las vocaciones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas) disminuyen año a año. En contraposición, la tecnología está más presente que nunca en nuestra vida diaria. Aunque vamos a necesitar muchos perfiles STEM puros o humanistas-STEM, cada vez hay menos jóvenes que acceden a estas carreras. Y muy pocas mujeres.

Resulta contradictorio y digno de análisis: ¿nos gusta la tecnología, pero no queremos estudiarla? Este tema me preocupa desde hace tiempo dado que la sociedad en su conjunto necesita más profesionales tecnológicos para afrontar el futuro en condiciones. De manera que hace unas semanas quise hacer un experimento y le pedí a mi hija, que está en 2º de la ESO, que mandara una pregunta por Instagram a sus contactos: “¿estarías dispuesto o dispuesta a estudiar una carrera STEM?”. El 63% de los compañeros que vieron la encuesta no contestaron. ¿Desinterés? Y del 30% restante un 60% contestaron que no. Curiosamente, el porcentaje total de los que sí estudiarían corresponde con las cifras que se barajan, un 19%. Mi conclusión empírica: Houston, tenemos un problema.

Brecha actual de género

Yo soy firme defensora del talento sin género, pero cabe decir que, si profundizamos un poco más en las cifras, vemos claramente cómo el porcentaje de mujeres que se decantan por estas disciplinas sigue siendo mucho menor que el de los hombres. Como colectivo y desde el pragmatismo, que el 50% de la población activa participe poco en lo que va a ser imprescindible en nuestro futuro cercano es algo que no nos podemos permitir y, además, no tiene ninguna justificación objetiva.

En el sector de las Telecomunicaciones no nos escapamos de las medias, donde la tendencia de la brecha no es la que más nos gustaría. No hay que irse lejos para encontrar más ejemplos: el porcentaje de mujeres colegiadas en el Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación (COIT) es menor del 15% del total de ingenieros colegiados.
Para entender la situación actual no podemos pasar por alto la historia. ¿Qué nos ha llevado hasta aquí? Si tecleamos en Google ‘Padres de las Telecomunicaciones’ nos van a salir algunos nombres como Marconi, Tesla, Hertz, Bell, Meucci, Maxwell, De Forest..

Que el 50% de la población activa participe poco en lo que va a ser imprescindible en nuestro futuro cercano es algo que no nos podemos permitir

¿Y si tecleamos ‘Madres de las Telecomunicaciones’? Pues así, de primeras, no sale nada relevante. Tecleo ‘Mujeres en las Telecomunicaciones’ y ya empieza a salir algún nombre, pero, al parecer, nuestras predecesoras no tenían categoría de madres: Ada Lovelace, Shirley Jackson, Stephanie Kwolek, Grace Murray Hopper, Margaret Hamilton…

Personalmente, el ejemplo que más me gusta es el de Hedy Lamarr. Además de una estrella de Hollywood, la actriz austriaca fue la inventora de la técnica de transmisión en el espectro ensanchado, en el que se basan todas las tecnologías inalámbricas actuales como WiFi, GPS o Bluetooth.

Su faceta artística le hizo abandonar los estudios de ingeniería. No obstante, durante la Segunda Guerra Mundial inscribió la patente de un método de comunicación secreto que buscaba evitar la detección de torpedos lanzados por las tropas aliadas. Así nació el precedente de las telecomunicaciones actuales ¿No es maravillosa? Guapa, femenina, inteligente, talentosa, ingeniosa, proactiva… Mi heroína. Un ejemplo de cómo la ingeniería y la feminidad pueden coexistir con resultados espectaculares.

Ya más próximos a nuestros días, hasta 1929, año en el que Pilar Careaga y Basabe se licenció, no hubo ninguna mujer ingeniera en España, y Careaga nunca llegó a ejercer su profesión. En el año 1965, Adelina Álvarez Bartolomé, María de los Remedios Uriel Aguirre y María Teresa Vidal Marín fueron las tres únicas mujeres Ingenieras de Telecomunicación en una promoción de 134 estudiantes.

Hasta 1929, año en el que Pilar Careaga y Basabe se licenció, no hubo ninguna mujer ingeniera en España. Y Careaga nunca llegó a ejercer su profesión

Hoy en día la proporción en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación (ETSIT) de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) es de 2,6 hombres por cada mujer. La primera mujer en lograr un puesto de catedrática fue Felisa Núñez Cubero, en la Universidad Politécnica de Madrid en 1964. La Escuela tuvo que esperar hasta 2002 para conocer a su primera catedrática, María Teresa Arredondo Waldmeyer. En 1968 se colegió la primera mujer en el COIT, una auténtica pionera.

Estas mujeres, aunque pocas, deberían ser tan conocidas o más que sus colegas. Necesitamos referentes visibles para cambiar el curso histórico y que el día de mañana, cuando alguien busque en Google ‘Precursoras de la Telecomunicación moderna’, tengamos la representación que merecemos.

Ya conocemos la historia, pero ¿qué está pasando aquí y ahora? Para mí, la evolución del talento femenino se parece mucho a un funnel (embudo) con el que se representan gráficamente, entre otros procesos, por ejemplo, el de conversión de visitas online en ventas. Partimos de una base amplia de individuos que potencialmente podrían desarrollar exitosamente sus carreras STEM, ni más ni menos que el 50% de la población. Pero a través de su vida pasan por una serie de momentos de la verdad en los que toman la decisión de seguir otro camino y, al final, el porcentaje es mínimo. Por consiguiente, si queremos atajar este problema, es necesario que actuemos en seis momentos claves de manera integral, tal y como se expresa en el cuadro adjunto a estas líneas.

Visto lo visto, ¿qué podemos hacer a partir de hoy? Por suerte, ya hay muchas asociaciones y organizaciones sin ánimo de lucro que trabajan en uno u otro de los puntos débiles, fundamentalmente formadas por personas, hombres y mujeres que voluntariamente dedican su tiempo a esta causa. También por suerte cada vez hay más empresas concienciadas y con planes concretos. Y por supuesto, hace falta más implicación de las instituciones para conseguir que las materias sean atractivas y las jóvenes tengan la información y apoyo que necesitan a lo largo del funnel.

 

El Grupo de Trabajo Mujer IT del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación nace precisamente con la vocación de ayudar a niñas y jóvenes que se hayan planteado alguna vez seguir este camino para que lo prosigan, o acompañar a las que ya lo hayan emprendido para que alcancen sus objetivos. Este Grupo de Trabajo lo hace sumándose a iniciativas existentes, pero también con iniciativas propias que se enfocan a los distintos momentos de su vida decisivos a la hora de seguir adelante con esta decisión.

Personalmente, siendo Ingeniera de Telecomunicación y mujer, no he sido consciente de tener dificultades especiales o diferentes a las de mis colegas hombres, ni en mi época de estudiante ni en mi etapa profesional, pero lo cierto es que hay barreras. Por ello, hace un tiempo decidí que quería hacer mi pequeña contribución a mejorar estas cifras desde mi experiencia personal. Me enrolé en algunas asociaciones, leí mucho, asistí a eventos y charlas, participé activamente en varias iniciativas y he llegado a algunas conclusiones que he compartido en este artículo.

Si has leído este texto, hombre o mujer, y sientes que quieres contribuir te animo a unirte al grupo. Tenemos mucho trabajo por hacer y es fundamental para el futuro de las mujeres IT y de nuestra sociedad. Porque si queremos evolucionar con los tiempos, es necesario actuar ahora.

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