

Andrea Nazaret González Maroto.
Presidenta del Consejo Estatal de Estudiantes de Telecomunicación, CEET.
Pasado, presente y futuro de los estudiantes de telecomunicación
A principios del siglo XX, los movimientos sociales y políticos dieron origen a la representación estudiantil. A su vez, en esta misma época ganaba importancia el campo de la Ingeniería de Telecomunicación, marcando una nueva era de conectividad. Estos dos fenómenos pueden parecer distantes entre sí, sin embargo, ambos han evolucionado y logrado cambios significativos para nuestra sociedad, avanzando en paralelo hasta que los caminos se cruzaron con la creación del Consejo Estatal de Estudiantes de Telecomunicación, CEET.
Este consejo se ha convertido en la voz de miles de estudiantes a través de un espacio donde los representantes de las universidades españolas que forman a los próximos Ingenieros de Telecomunicación se reúnen, debaten e intercambian ideas sobre el desarrollo de la profesión y sus derechos como estudiantes, construyendo así un futuro mejor, no sólo para la comunidad universitaria sino para los futuros profesionales del sector.
Tras esta breve vista hacia el pasado, desde el CEET sabemos que a su vez es necesario una introspección en el presente. Por ello, en nuestro último evento presencial, el XXXV Congreso de Estudios de Telecomunicación, se han dedicado diferentes jornadas a finalizar posicionamientos para estudiar diferentes problemas de actualidad que continúan siendo puntos de inflexión en nuestro camino. A continuación, expondremos las conclusiones que nos permiten observar la situación global desde el punto de vista del estudiantado.
El papel de la mujer
El primero de ellos hace referencia al papel de la mujer en las telecomunicaciones. Aunque ha habido avances en este ámbito, sigue existiendo una brecha de género que limita el progreso colectivo suponiendo un lastre para la innovación global.
Aunque ha habido avances en este ámbito, sigue existiendo una brecha de género que limita el progreso colectivo
Las mujeres han jugado un papel fundamental en el desarrollo de las telecomunicaciones. Sin embargo, hoy en día los prejuicios siguen formando parte de nuestro día a día y nos encontramos con una falta de representación en este campo que afecta directamente a las aspiraciones de las jóvenes, entrando así en un círculo vicioso del cual saldremos cuando veamos que este sigue siendo un problema actual. La responsabilidad del cambio cae tanto en instituciones y organizaciones educativas como a nivel individual, donde cada persona puede contribuir a través de la promoción de la igualdad de oportunidades en el entorno de las STEM.

Financiación
También se ha realizado un análisis de la situación interna a las universidades, abordando temas como la financiación. Consideramos que es necesario redistribuir la financiación que reciben las delegaciones y consejos de estudiantes de las escuelas y universidades, con el fin de otorgar la posibilidad de desarrollar actividades que enriquezcan la vida universitaria y fomenten las relaciones interpersonales entre los estudiantes, generando así un buen ambiente propicio para el desarrollo de habilidades sociales y la correcta implicación en la carrera.
Además de este cambio, se debería impulsar la participación en eventos que promuevan las conexiones dentro de cada sector, como la implicación en organizaciones sectoriales u otras asociaciones en las que se fomenta la creación de redes de futuros profesionales a nivel territorial.
Salud mental
Por otro lado, se ha hecho hincapié en un tema al que se le ha empezado a dar visibilidad estos últimos años: la salud mental. Dado nuestro sistema universitario, la salud mental se ve afectada por factores como la excesiva carga académica, la falta de apoyo y la dificultad para equilibrar estudios y vida personal.
Es fundamental que las universidades asuman la responsabilidad del estado de la salud mental de sus estudiantes y proporcionen a sus unidades de gestión y docentes de los recursos necesarios para abordar todas las posibles incidencias que se encuentren entre el estudiantado, ya sea por motivos de trastornos mentales o por diversidades funcionales.
Es necesario que se le dé visibilidad al cuidado de la salud mental en nuestros centros y que se normalice la necesidad de acudir a profesionales para poder minimizar el efecto negativo que tiene este factor en el camino universitario de nuestros estudiantes.

Colaboración con las empresas
Tras este análisis del papel de la mujer, la financiación y la salud mental, también nos hemos detenido a observar cuál es la situación de nuestros antecesores.
Se debería subrayar la importancia de la colaboración entre instituciones educativas y empresas tecnológicas, con el fin de preparar a los estudiantes para un mercado laboral cada vez más digitalizado y competitivo.
Se presenta la necesidad de proporcionar recursos financieros y tecnológicos que permitan a los estudiantes y docentes preuniversitarios acceder a herramientas actualizadas, fomentando un aprendizaje más dinámico y efectivo.
La educación en telecomunicaciones y TIC debe avanzar hacia una mayor integración de la tecnología en el currículo, junto con estrategias innovadoras que inspiren y motiven a los estudiantes a seguir interesándose por este campo.
Consideramos que es necesario redistribuir la financiación que reciben las delegaciones y consejos de estudiantes de las escuelas y universidades
Es nuestra responsabilidad como estudiantes de telecomunicación y profesionales del sector acercar a las futuras generaciones nuestros estudios, darles visibilidad y definir la palabra ‘telecomunicación’ para aquellos que todavía no la tienen incluida en su vocabulario. Desde los más jóvenes hasta los mayores, todos estamos sumergidos en los efectos de este campo y es nuestro deber fomentarlo para que continúe desarrollándose y adquiriendo futuros profesionales.
Un futuro de vértigo
Habiendo echado la vista atrás hacia el origen de la voz de los estudiantes de telecomunicaciones hasta llegar a los problemas actuales que nos abarcan en nuestro presente, es momento de velar por nuestro futuro.
Avanzamos en un mundo en constante evolución, donde las nuevas tecnologías progresan más rápido que nuestros sistemas de aprendizaje. La Inteligencia Artificial (IA), es uno de los conceptos que más se repite estos últimos años. Muchos le temen y otros afirman que es de las mejores invenciones que nos han acontecido.

La evolución de la IA es acelerada y nos pisa los talones. Hace que nos preguntemos si supondrá un desafío para el sistema educativo o una herramienta transformadora para el aprendizaje tal como lo conocemos. ¿Generará un cambió significativo en el campo de las telecomunicaciones?
En relación con la alta velocidad de la evolución de esta nueva tecnología en relación con nuestro sistema educativo que cada vez parece más obsoleto, sabemos que es necesario modernizar los estudios de Ingeniería de Telecomunicación para alinearlos con las demandas actuales del mercado y la rápida evolución tecnológica.
Los retos identificados, como la desconexión entre teoría y práctica, la falta de actualización en los planes de estudio y los altos índices de abandono, subrayan la importancia de implementar cambios estructurales en la enseñanza. Por ello, se propone revisar y actualizar periódicamente los contenidos académicos, junto con la incorporación de nuevas metodologías de enseñanza y la adaptación de las órdenes CIN.
Por otro lado, respecto a las preguntas teóricas que plantea una de las mayores incertidumbres de nuestro tiempo, muchos sostienen que la IA será el fin del sistema educativo tal y como la conocemos, aunque no podemos negar el potencial que tiene para transformar nuestros mecanismos de enseñanza. La IA nos permitirá personalizar el aprendizaje de manera individualizada, adaptando contenidos, creando evaluaciones inmediatas y fomentando a su vez el aprendizaje autónomo.
Existe la necesidad de proporcionar recursos financieros y tecnológicos que permitan a los estudiantes y docentes preuniversitarios acceder a herramientas actualizadas
Además, esta herramienta impactará directamente en nuestro campo, afectando tanto a estudiantes como a profesionales, ya que redefinirá las habilidades necesarias de los futuros especialistas y se convertirá en una parte integral de las operaciones y el desarrollo tecnológico en nuestro sector.
Concluyendo nuestro paso por el pasado, presente y futuro de los estudiantes de telecomunicación, podemos afirmar que hemos tenido un inicio sólido y avanzamos a una gran velocidad. Aunque nos quedan desafíos pendientes de resolver, no podemos olvidar que somos una comunidad que ha ido adquiriendo habilidades cada vez más avanzadas, como la IA, que nos permitirán seguir creciendo en esta era tecnológica.
Nuestro progreso no sólo marca un antes y un después en el sector de las telecomunicaciones, sino que también en la historia de la humanidad, impulsando una transformación que beneficiará a las generaciones futuras.