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flying drone on a background of sea sunset
Francisco Javier Jiménez Leube

Fco. Javier Jiménez Leube

Dr. Ingeniero de Telecomunicación, UPM

La red invisible que vela por el mar español

Sistema Integrado de Vigilancia Exterior, SIVE

Era septiembre de 1988 cuando nuestro compañero Ramón Izquierdo, con unos amigos, se hacían a la mar con unas tablas de windsurf. Por complicaciones con el viento y la falta de recursos técnicos y tecnológicos, tuvo que pasar toda la noche solo, apoyado en la tabla de surf, a varias millas de la costa en el océano Atlántico, como ha narrado en su libro ‘Gracias Atlántico’ (una historia publicada en la revista BIT, número 235). Le rescató un helicóptero de la Armada a la mañana siguiente. No había telefonía móvil, no había GPS, no había cámaras… ¿Qué ha cambiado tecnológicamente desde entonces? ¿Cómo ha contribuido la Ingeniería de Telecomunicación a la mejora?

Nada menos que 35 años después de la aventura de Ramón Izquierdo, se puede imaginar una red que, lejos de ser visible a simple vista, utiliza radares costeros, cámaras térmicas, sensores móviles y algoritmos de última generación para vigilar, día y noche, miles de kilómetros de litoral español. Así funciona el SIVE (Sistema Integrado de Vigilancia Exterior) operado por la Guardia Civil. Es el gran aliado tecnológico de España en la lucha contra el narcotráfico, la inmigración irregular y el rescate marítimo.

Desde su entrada en servicio en Algeciras en 2002, el SIVE se ha convertido en referente internacional en la seguridad de fronteras, a pesar de los desafíos que acompañan a cualquier tecnología puntera.

 

 

Del radar analógico a los drones autónomos

El SIVE surgió como idea en la década de los noventa, dando respuesta a la presión migratoria y al aumento de las actividades ilícitas en el Estrecho de Gibraltar, uno de los pasos marítimos más activos del sur de Europa. Los primeros despliegues se realizaron en áreas especialmente sensibles, como Cádiz, Ceuta y Canarias, consolidándose con la primera estación plenamente operativa en Algeciras en 2002.

En estos últimos años, el sistema ha evolucionado desde simples radares costeros de corto alcance hasta una sofisticada red de sensores ópticos, térmicos y marítimos interconectados. Actualmente, el SIVE es capaz de detectar embarcaciones pequeñas a decenas de kilómetros y distinguir movimientos sospechosos incluso en condiciones de baja visibilidad.

Los equipos de la Guardia Civil han incorporado mejoras constantes, como la visión nocturna, los sensores AIS (Automatic Identification System) para identificar buques, las comunicaciones encriptadas y la detección automática de anomalías. Gracias a estos avances, el sistema ha contribuido a salvar miles de vidas y frenar multitud de actividades ilegales.

 

SIVE es el gran aliado tecnológico de España en la lucha contra el narcotráfico, la inmigración irregular y el rescate marítimo

 

¿Cómo funciona el SIVE?

El funcionamiento del SIVE se basa en estaciones fijas repartidas en puntos estratégicos del litoral, conectadas a centros de mando que procesan en tiempo real los datos captados y apoyadas por estaciones móviles que se integran en la red.

Cuando un radar identifica un eco no esperado, las cámaras se orientan de inmediato y el personal especializado, apoyado por soluciones inteligentes, evalúa la amenaza. Si se confirma una actividad sospechosa, se movilizan patrullas marítimas, terrestres o aéreas en cuestión de minutos.

Aunque no he podido encontrar datos públicos oficiales sobre el tiempo medio de respuesta, fuentes de la Guardia Civil señalan que la actuación puede activarse en menos de cinco minutos en zonas plenamente cubiertas, gracias al alto grado de automatización y a la coordinación interinstitucional. Esta rapidez sitúa a España entre los países más avanzados en vigilancia fronteriza y ha servido como carta de presentación de nuestra industria hacia otros mercados.

 

 

Tecnología móvil y cooperación internacional

Además de su infraestructura fija, el SIVE ha incorporado en los últimos años drones multirrotores con cámaras térmicas, vehículos todoterreno dotados de sensores y embarcaciones autónomas para ampliar la capacidad de actuación en zonas difíciles o en situaciones de emergencia. Todo ello permite reforzar la vigilancia en escenarios complejos y optimizar la respuesta ante cualquier incidente o amenaza.

Uno de los pilares del funcionamiento de este sistema es la cooperación entre organismos y actores involucrados o con intereses en esta tarea. Guardia Civil, Salvamento Marítimo, la Armada y el Servicio de Vigilancia Aduanera trabajan de forma coordinada, compartiendo información a través de protocolos interoperables.

A nivel europeo, el SIVE está integrado en la plataforma EUROSUR, facilitando el intercambio de datos en tiempo real y la colaboración en operaciones conjuntas con otros socios de la Unión Europea.

 

El sistema es capaz de detectar embarcaciones pequeñas a decenas de kilómetros y distinguir movimientos sospechosos incluso con baja visibilidad

 

Comunicaciones resilientes y salto a la ciberdefensa

La arquitectura de comunicaciones del SIVE destaca por su robustez y capacidad de adaptación. Combina fibra óptica, radioenlaces de microondas y satélites, de modo que, si una de estas tecnologías experimenta cualquier alteración, el sistema conmuta automáticamente a la mejor alternativa sin perder cobertura ni información. Según Indra, empresa responsable de gran parte de estos desarrollos, esta redundancia tecnológica es clave para garantizar la vigilancia ininterrumpida a lo largo de toda la costa.

Este modelo se refuerza con inversiones constantes. En 2024, el Boletín Oficial del Estado recogió nuevas licitaciones para ampliar la capacidad móvil del SIVE, incluyendo 43 drones térmicos y, una parte muy relevante, la formación específica de operadores.

Asimismo, la Guardia Civil ha incorporado sistemas de análisis automatizado de la información captada por el sistema para incrementar la seguridad frente a ciberamenazas, reforzando aún más la protección frente a riesgos emergentes.

Hacia el futuro: IA, MANET y criptografía poscuántica

El SIVE continúa en pleno proceso de modernización. Fuentes del Ministerio del Interior y presentaciones realizadas en foros como FEINDEF apuntan a que las próximas mejoras incluyan redes móviles ad-hoc (MANET) para drones y vehículos, garantizando las comunicaciones aún ante imprevistos o ausencia de infraestructura fija.

También se está avanzando en la adopción de criptografía resistente a la computación cuántica, con proyectos pioneros en distribución cuántica de claves (QKD) como el desarrollado en Canarias.

El empleo de Inteligencia Artificial para la detección autónoma de patrones o amenazas y la gestión predictiva de recursos completan la hoja de ruta actual, orientada a mantener —y ampliar— la capacidad de anticipación y respuesta rápida ante incidentes cada vez más complejos.

 

 

 

Retos y áreas de mejora

Como cualquier sistema complejo y en continua evolución, el SIVE se enfrenta a desafíos que requieren respuesta constante e inmediata. De forma ocasional, algunos medios y organismos han señalado dificultades puntuales en la operatividad de sensores, necesidades de actualización tecnológica y la importancia de reforzar la formación especializada.

Por otro lado, las últimas licitaciones públicas han generado debate y han supuesto un esfuerzo adicional para garantizar la transparencia y la eficiencia de los procesos de modernización.

Sin embargo, tanto la Guardia Civil como el Ministerio del Interior mantienen su compromiso con la mejora continua, con la renovación de equipos y con la actualización de los procedimientos operativos, priorizando la inversión en innovación y capacitación.

 

Este sistema destaca por su robustez y capacidad de adaptación, combinando fibra óptica, radioenlaces de microondas y satélites

 

Las auditorías y revisiones periódicas a las que se somete el sistema contribuyen a mantenerlo al más alto nivel, adaptándolo a las cambiantes demandas de la vigilancia fronteriza en una situación geoestratégica especialmente compleja.

En resumen, el SIVE es mucho más que una red tecnológica: es una infraestructura estratégica cuya eficacia se apoya en la colaboración entre organismos, la apuesta por la innovación y el compromiso de los profesionales que lo gestionan. Gracias a su evolución, España protege eficazmente sus fronteras, salva vidas en el mar y se mantiene a la vanguardia europea. El futuro pasa por seguir perfeccionando esta combinación de tecnología avanzada, coordinación institucional y mejora permanente, en un entorno donde la vigilancia y la seguridad se renuevan día a día.

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