El sector de la movilidad, y en especial, el vehículo conectado y autónomo, se han posicionado como uno de los actores principales en el universo IoT, tanto por la cantidad y variabilidad de sensores necesarios para el correcto funcionamiento del vehículo conectado/autónomo, como por la globalidad y el potencial económico del mercado automovilístico.
Para que el vehículo conectado sea inteligente debe comprender y entender su entorno físico. Por tanto, hay que dotarle de ‘sentidos’. Esta movilidad inteligente conlleva claros beneficios a la sociedad como la reducción de accidentes, eficacia en costes y en la gestión del tiempo, reducción del impacto medio ambiental, mejor gestión y utilización de las carreteras o mayor comodidad para los usuarios. Las esperanzas están puestas en la evolución de la tecnología C-V2X vinculada a 5G.
Los sectores vinculados al transporte y la movilidad están ampliamente inmersos en una transformación digital que se ha ido desarrollando paulatinamente a través del equilibrio entre la tecnología existente en cada momento y las necesidades del usuario.
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