La invasión de Ucrania por las fuerzas armadas rusas ha puesto de manifiesto la importancia de que un país disponga de unas fuerzas armadas suficientes, preparadas y dotadas de medios adecuados para poder, mediante la disuasión, evitar situaciones similares.
Por otro lado, el desarrollo del conflicto ha sorprendido a buena parte de los analistas que esperaban que las fuerzas rusas, dotadas de equipamiento moderno y con clara superioridad tanto en los dominios tradicionales –tierra, mar y aire- como en los nuevos dominios del espacio y ciberespacio, alcanzarían sus objetivos con rapidez y sin grandes pérdidas en hombres y materiales.
No ha sido así. Tardaremos en saber lo que realmente ha pasado, pero ya se intuye que la ‘voluntad de vencer’ de los ucranianos, unida a la ayuda, especialmente en términos de flujo de información de inteligencia y ciberdefensa, pero también en armamento muy avanzado tecnológicamente y eficaz, como los misiles antitanques y antiaéreos guiados por láser o firmas infrarrojas y drones armados, ha conseguido detener a las unidades acorazadas rusas. Una guerra híbrida y asimétrica que está obligando a la enorme maquinaria de guerra rusa a destruir y ocupar el terreno por procedimientos del siglo pasado.
Una vez más, la tecnología ha jugado un papel esencial en un conflicto. Este monográfico está dedicado a analizar el estado actual y futuro desarrollo de las principales tecnologías utilizadas en el ámbito de la Defensa. Unas tecnologías que están convirtiendo a los campos de batalla en escenarios digitalizados, hiperconectados, inteligentes y autónomos, en los que nuestras tecnologías –las TIC– juegan un papel esencial.
En el primer artículo el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), que ejerce el mando de la estructura operativa de nuestras Fuerzas Armadas y el mando del Estado Mayor de la Defensa bajo la dependencia directa de la ministra de Defensa, reflexiona sobre las características de los futuros escenarios de conflicto y sobre las tecnologías emergentes y disruptivas cuyo dominio será esencial para desarrollar con éxito las misiones.
En los siguientes artículos se abordan cuatro entornos tecnológicos clave en los futuros conflictos: la defensa electrónica, los nuevos sistemas de armas, la ciberdefensa y los satélites. Están escritos por expertos directamente involucrados en la realización o con la operación de los correspondientes sistemas.
Por último, el presidente de la Asociación de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (TEDAE) describe el papel que juega esta industria como generadora de riqueza para nuestro país, además de asegurar la base tecnológica e industrial que, en último término, junto a los hombres que forman las Fuerzas Armadas y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, garantizan el mantenimiento de nuestro modo de vida.
