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egov
Fernando de Pablo Martín

Fernando de Pablo Martín

Secretario general de Administración Electrónica del Ministerio de Política Territorial y Función Pública

España encabeza la digitalización europea de las administraciones públicas

El eGov en España: retos y oportunidades

El último informe DESI de la UE (‘Digital Economy and Society Index 2019’) coloca a nuestro país en la cuarta posición en Europa en desarrollo de servicios electrónicos en la administración y el primero si se considera exclusivamente el indicador eGov, por delante de los grandes países europeos que por tamaño y complejidad administrativa puedan parecerse al nuestro. Y todo, a pesar de los problemas que la fragmentación normativa y la falta de unidad de mercado que provoca la descentralización administrativa (con ventajas en muchos otros campos) conlleva en la relación de los ciudadanos y, especialmente, de las empresas con las distintas administraciones públicas.

 

España tiene organizaciones punteras a nivel mundial en administración electrónica (eGov), a pesar de invertir menos en ello que otros países similares, según datos de Eurostat. Esto es una prueba del papel que juegan los profesionales de tecnología, tanto en la administración como en las empresas privadas que colaboran en la priorización de los proyectos.

Desde hace una década, España ocupa posiciones internacionales destacadas en eGov, pero también en interoperabilidad, firma electrónica, open data, factura electrónica,  eHealth,  penetración de smartphones o redes de alta velocidad. No obstante, existen aún posibles aspectos de mejora, entre los que destacarían la capacitación digital de la población, algo esencial para nuestro futuro, o la inserción de las TIC en nuestras pymes.

20 años de vida

La administración electrónica por Internet nació en 1999 con la declaración obligatoria mensual de las grandes empresas. La Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) fue la primera administración tributaria del mundo en implantar esta obligación. En junio del mismo año se comenzó a presentar la declaración de renta por Internet. 20.000 personas ya emplearon ese servicio aquel año. Desde entonces, se ha avanzado enormemente en el desarrollo de servicios electrónicos en España y en toda Europa.

Tras 10 años de crecimiento económico continuado en los que se integraron la Estrategia de Lisboa de 2000 y los primeros proyectos del Ministerio de Administraciones Públicas (MAP) que respondían a los planes eEurope, la llegada de la Ley 11/2007 de acceso electrónico de los ciudadanos a los servicios públicos supuso un enorme impulso al desarrollo del eGov en la administración estatal. En 2010, se desarrollaron más de 2.000 procedimientos y servicios en Internet, lo que suponía una oferta muy superior a la demanda existente. Este ‘exceso’ de oferta permitió disponer de una ‘energía potencial’ de servicios que se ‘utilizó’ durante la crisis económica de 2008-2014.

Desde hace una década, España es líder internacional en eGov, pero también en interoperabilidad, firma electrónica, open data, factura electrónica, eHealth, penetración de smartphones o redes de alta velocidad

La crisis económica tuvo profundos efectos económicos, sociales y políticos. En un contexto de austeridad europeo —con una fuerte reducción de presupuestos y empleados públicos—, la administración electrónica contribuyó a mantener la calidad de los servicios públicos, trasvasando tramitación presencial a electrónica.

Parte de este impulso nació de la Comisión para la Reforma de la Administración (CORA) donde la tecnología tuvo un protagonismo claro en la búsqueda de administraciones más eficientes. Proyectos como la factura electrónica, la comunicación de nacimientos desde hospitales al registro civil, la ventanilla única aduanera, los portales de subas- tas, los tablones edictales en el Boletín Oficial del Estado (BOE), o los proyectos de  interoperabilidad  en sanidad se impulsan en estos años. Una nueva normativa administrativa —las Leyes 39 y 40/2015 de procedimiento administrativo y régimen jurídico— ya constata que el procedimiento administrativo es electrónico y el papel una excepción.

A raíz de CORA se crearon también la Dirección TIC y la figura del director de Sistemas de Información (CIO) en la Administración General del Estado (AGE), germen de la actual Secretaría General de Administración Digital (SGAD). Este cuerpo está centrado en proporcionar servicios comunes para que todas las administraciones puedan avanzar más rápidamente en el proceso de transformación digital, porque está constatado que las infraestructuras tecnológicas comunes suponen un factor de cohesión nacional que puede reducir las cargas administrativas especialmente para las empresas. Con la creación de la SGAD, una nueva gobernanza y estrategia TIC en la AGE, se aceleró el proceso de prestación y desarrollo de servicios comunes y compartidos.  Toda la información de estrategias y proyectos puede consultarse en el portal de administración electrónica, que incluye datos online y abiertos del uso de las distintas infraestructuras comunes.

Panorama actual

Hoy, la SGAD es responsable de los programas de transformación digital de la AGE y de la coordinación con el resto de administraciones, de la definición normativa y del desarrollo y gestión de un extenso catálogo de plataformas y servicios comunes (comunicaciones, firma electrónica, notificaciones, registros, pasarelas de pago, factura, etc.).

También gestiona centros de  proceso de datos propios de la administración, en una estrategia de concentración y racionalización compatible con la existencia de modelos cloud computing; el contrato centralizado de telecomunicaciones de la AGE —el mayor contratado de las administraciones públicas—, y la ciberseguridad, donde es necesario prepararse para detectar y mitigar riesgos que crecen año a año, según evidencia el análisis del último informe de riesgos globales del Foro Económico Mundial.

Un futuro cambiante

El futuro en la administración estará marcado aún más por la tecnología, como el resto de la sociedad. Todo ello debido a los inmensos cambios económicos y sociales que trae la economía del dato, la economía de las plataformas o la revolución industrial 4.0, junto a la aparición de tecnologías emergentes que, habiendo existido desde hace años, explotan ahora en soluciones operativas.

Así, la implementación de tecnologías como la Inteligencia artificial (IA) —las posibilidades del procesamiento de lenguaje natural, reconocimiento imágenes, machine learning, deep learning, etc.— se va a acelerar por varios factores: los datos (un inmenso rastro digital en la sociedad); la capacidad de computación (en el móvil, en el trabajo, accesible en cloud…); el desarrollo de comunicaciones casi inmediatas, donde la expansión de 5G traerá unas posibilidades que todos conocemos, y el desarrollo de los algoritmos, donde las nuevas generaciones se adaptarán a cada campo de trabajo.

Además, de la mano de estas tecnologías llegarán diversos desafíos, relativos al futuro del empleo —y los empleos del futuro—; la gestión de datos personales; los problemas de ciberseguridad, o la ética de todo tipo de software, más allá de la IA. Con seguridad, todo lo que se pueda automatizar se va a automatizar, o robotizar, y es imprescindible que los propios técnicos, especialmente en las administraciones, incorporemos compromisos específicos de ética by design, cerrando brechas digitales existentes (demográfica, rural, de edad, de accesibilidad, etc.) y no dedicándonos a abrir otras nuevas.

Un último reto será integrar estas tecnologías en beneficio del servicio público, impulsar el mGov —la administración en el móvil, adaptada a los usos de los ciudadanos— y cohesionar la visión proyectada por la administración, a través de soluciones y plataformas comunes o interoperables; es decir, integrar en puntos únicos las relaciones con  el  conjunto  de  administraciones —pensemos en las notificaciones electrónicas, obligatorias para todas las empresas, que son realizadas por más de 10.000 administraciones—. Este es el objetivo final de la puesta en marcha de las leyes administrativas.

En relación con los planes europeos, aunque sigue operativo el ‘Plan de Acción en eGovernment 2016-2020’, las inversiones en el futuro plan de transformación digital estarán alineadas con el ‘Plan Digital Europa 2021-2027’, y se centrarán en cinco campos: supercomputación; inteligencia artificial; ciberseguridad y confianza; skills digitales avanzados, e incorporación de la tecnología digital en la economía y la sociedad, lo que da una idea de la estrategia de Europa en este campo.

Futuro profesional en el ‘cuerpo TIC’

La mejora digital de la Administración General del Estado es una responsabilidad compartida por todos los colectivos de empleados públicos pero ha sido  impulsada  específicamente  por el ‘cuerpo TIC’, una entidad multidisciplinar integrada por profesionales de diversas titulaciones, entre ellos, evidentemente, muchos Ingenieros de Telecomunicación distribuidos por todos los ministerios y organismos, y no solo en áreas específicas de telecomu- nicaciones, sino también en desarrollo informático, ciberseguridad, gabinetes, organización, calidad, estrategia…

Esta apertura de la actividad profesional es esencial, en mi opinión, porque las posibilidades profesionales que abre la trasformación digital de la sociedad (y de las organizaciones)  para adaptarnos al mundo que llega van mucho más allá de la actividad Telco, y los Ingenieros de Telecomunicación, junto a otros colectivos profesionales, tendrán mucho que aportar en estos nuevos campos profesionales

El descenso del número de funcionarios de la AGE,  la alta  edad  media  y  la carencia de personal técnico hace que la incorporación de profesionales sea una prioridad en los próximos años. Atender la actividad pública relacionada con la competencia exclusiva del Estado en materia de telecomunicaciones y gestión del espectro radioeléctrico se convierte en una prioridad para la incorporación de Ingenieros de Telecomunicación con esa formación específica. Pero, como se ha comentado anteriormente, no sólo en ese ámbito. La oferta de empleo público TIC de 2018 y 2019 ha sido la mayor desde la creación del cuerpo y los próximos años seguirán esta tendencia.

Es, por tanto, una oportunidad profesional y una opción a considerar tanto para estudiantes como para  profesionales. De hecho una de las características diferenciales del cuerpo es la experiencia profesional previa a la incorporación a la administración. Incluso en un momento de enorme actividad profesional como es el de hoy, animo a estudiantes de las distintas escuelas y a Ingenieros de Telecomunicación en activo a que conozcan el cuerpo y el trabajo en la administración pública. Y, si es posible, que accedan al mismo, que son muy necesarios. No quedarán defraudados.

Bibliografía

Portal de administración electrónica:

https://administracionelectronica.gob.e

La transformación digital y el reto demográfico:

https://www.astic.es/articulos-boletic/la-transformacion-digital-y-el-reto-demografico

Monográfico: La reforma de las administraciones públicas https://www.astic.es/sites/default/files/boletic_completos/boletic71.pdf

 

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