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Tribuna

Ramón Millán

Ramón Millán

Ingeniero de Telecomunicación certificado en CCSK y CCSP.

Los beneficios y amenazas de la Inteligencia Artificial

La UE está trabajando en la primera ley integral del mundo sobre IA con seis principios: seguridad, transparencia, trazabilidad, no discriminación, respeto con el medio ambiente y supervisión humana

En el año 2023 se ha alcanzado un punto de inflexión para la IA (Inteligencia Artificial). La IA generativa ha impulsado definitivamente su conocimiento y adopción, en especial gracias a ChatGPT de OpenAI.

El potencial de la IA va mucho más allá de la IA generativa, siendo para muchos expertos el pilar de una nueva ‘revolución industrial’. Sus beneficios económicos y sociales son muy extensos. En el corto plazo, la IA ayudará a la automatización de muchas tareas rutinarias y monótonas, con la consiguiente mejora de la creatividad y eficiencia.

La IA ya está ayudando a mejorar la rapidez y precisión en muchos sectores. Por ejemplo, en la atención sanitaria con diagnósticos, o en la seguridad de los vehículos con conducción semiautónoma. A más largo plazo, la IA podría ayudar a resolver los complejos desafíos globales sanitarios, alimentarios, climáticos…

Sin embargo, esta tecnología también supone muy diversas y serias amenazas. Hace unos meses, una carta firmada por investigadores, ingenieros y ejecutivos expertos en IA, incluyendo los líderes de OpenAI y Google DeepMind, alertaba de la necesidad de mitigar los riesgos que supone la IA, comparándolos con los de una pandemia o una guerra nuclear.

 

A corto plazo, la IA puede ser una herramienta para la desinformación, la suplantación de identidad y los ciberataques. Otros riesgos que ya estamos sufriendo son los respectivos a la protección de datos y la intimidad, la propiedad intelectual y los derechos humanos y libertades fundamentales. A medio plazo, la IA supone una amenaza para los puestos de trabajo de muchos profesionales y los usos poco éticos asociados con fines armamentísticos o de desestabilización social. En el largo plazo, la IA general pone en riesgo la propia supervivencia del ser humano, pues dejaremos de ser la especie más evolucionada y estos poderosos y superinteligentes sistemas podrían rebelarse y tornarse en nuestra contra.

La tecnología siempre evoluciona más rápidamente que la regulación y, debido a la extensa lista de peligros que presenta la IA, es urgente adoptar un nuevo marco normativo. Nunca debemos poner barreras al progreso, la competitividad y la innovación, pero también debemos ser conscientes de sus potenciales riesgos y de que, cuanto más poder tiene una tecnología, mayor es el daño que puede ocasionar, ya sea por mal uso, errores o accidentes. Lo ideal sería contar con un marco legal global, coordinado, responsable, fiable, identificable, adaptable y transparente; que permita aprovecharse de los beneficios de la IA, pero garantizando los derechos fundamentales de los usuarios y generando confianza y seguridad. Además, los gobiernos de todo el mundo deben colaborar en la creación de un organismo global para la IA, equivalente a la Agencia Internacional de la Energía Atómica o la Organización Mundial de la Salud.

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