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Redacción BIT

Out of Office

Cine

Atanasio Carpena

La conspiración del pánico

Dirección: D.J. Caruso, 2008

La idea para la película llevaba años rondando la cabeza de Steven Spielberg: la tecnología está en todas partes pero ¿qué pasaría si se volviera contra nosotros y, además, completamente fuera de control? Cuando la película se estrenó, se convirtió en una discreta muestra de la integración de la tecnología en la sociedad, incluida la tecnología militar real del momento, pues presentaba al dron MQ-9 Reaper en entorno urbano. Desde la perspectiva del espectador de hoy, ¿qué es ficción tecnológica en 2008 y qué es ya factible en el momento de volver a ver la película?

 

 

Rastro oculto

Dirección: Gregory Hoblit, 2008

El propósito y la función del thriller cinematográfico violento siempre es objeto de debate. ¿Hay alguna razón para ver esta película? Estamos ante un thriller espeluznante, bien contado y despiadado, realizado con habilidad, que se permite las licencias necesarias para dramatizar el tipo de cosas que el anonimato de internet hace posible, o incluso fomenta, y lo hace con un mensaje visualmente visceral a la par que referencia tres temas tecnológicos del momento: los sistemas de ayuda al conductor por suscripción, la neutralidad de red y las tarjetas ‘enmascaradas’ (spoof cards). Finalmente, la clave está en la forma más temprana y básica de comunicación digital. Una muesca más para el alfabeto morse.

Más de cada una de estas películas en la filmoteca del Foro Histórico de las Telecomunicaciones, disponible en la web del COIT.

 

Arte

José Monedero

Freud en el Thyssen

El día en que inicié mi formación pictórica, el maestro del taller me preguntó qué tipo de obra me gustaba. Por toda respuesta le enseñé un recorte con un cuadro de un pintor que desconocía. “Quiero poder pintar estas carnaciones”, le dije. “Es un Freud”, me contestó. “Buena elección”.

Durante años he seguido su obra dispersa por diversos museos de Europa y ahora, en el centenario de su nacimiento, tenemos la ocasión de ver una esplendida muestra de su trabajo en Madrid hasta el 18 de junio.

Lucian Freud, nieto del Freud creador del psicoanálisis, se convirtió, junto a Bacon, en uno de los pintores figurativos más excepcionales de la modernidad inglesa con una obra centrada en el retrato y en la representación del cuerpo humano en la que no elude temas escabrosos.

 

 

Tras una primera etapa en la que su pintura está muy próxima al hiperrealismo (‘Mujer con perro’), cambia de técnica desarrollando sus obras con múltiples capas de óleo y gruesas pinceladas con las que logra efectos absolutamente originales en la representación del cuerpo humano (‘Mujer durmiente junto a alfombra de león’).

Andando el tiempo me atreví a replicar su cuadro ‘Mujer preñada durmiente’. ¡Que Lucien me perdone!

 

Cocina

Mónica Prego

Pan de molde básico y sencillo

Ingredientes para hacer pan de molde básico (1 pan de 900 g):

  • 500 g de harina de fuerza
  • 350 ml de leche
  • 4 g de levadura seca (o 12 g de levadura fresca)
  • 1 cucharada de miel
  • 20 ml de AOVE
  • 10 g de sal

 

Medida aproximada del molde: 1 (25x15x7) o 2 (20x10x7).

Nos adentramos en el mundo del pan con una receta sencilla y muy versátil, ideal para los desayunos, las meriendas o una cena rápida.

Ponemos la harina en un bol, hacemos un volcán en el centro y echamos la leche, la levadura y el resto de los ingredientes. Lo amasamos hasta que se separe de las manos. Cuando tengamos una masa lisa y elástica, la tapamos y la dejamos levar en el bol hasta que doble su tamaño.

Una vez ha doblado el tamaño, forramos un molde con papel de horno y formamos el pan. Desgasificamos la masa, hacemos una bola, la estiramos un poco en forma de rectángulo, hacemos un cilindro bien tenso y lo metemos en el molde. Tapamos y dejamos reposar de nuevo, una hora a 20-22ºC.

Encendemos el horno a 220ºC con calor arriba y abajo, y cuando esté caliente y el pan haya alcanzado el doble de su tamaño, lo horneamos unos 40 minutos. Cuando esté listo lo retiramos, lo dejamos enfriar sobre una rejilla y ya estará listo para disfrutarlo.

Consejo: córtalo en rebanadas y guárdalas en el congelador. Evitarás que se ponga duro y las tendrás siempre listas para ir a la tostadora.

* Muchas más recetas en el blog de Mónica Prego: www.pandebroa.es

 

Vinos

Manolo Gamella

Vinos en la cocina

El vino es bebida, pero también ingrediente importante para platos y salsas. Así ha sido siempre, como en el emblemático coq au vin de la cocina francesa, que la tradición remonta al convite de César a Vercingetórix tras derrotarlo en Alesia.

Respetando la complementariedad sin competencia con la vecina sección de cocina, no vamos a entrar aquí en recetas sino solo en puras generalidades.

 

Para empezar, ¿qué vinos? Depende de lo que se quiera conseguir. Igual que cuando pensamos en qué tomar con algo, se trata de potenciar y enriquecer sabores, sin tapar los de los alimentos con los vinos, aunque sin limitarse a normas rígidas, del tipo ‘blancos con pescados, tintos con carnes’, y atendiendo a las características de cada caso concreto. Por ejemplo, los blancos jóvenes pueden convenir si se quiere una ligera acidez; los de solera para aportar matices de frutos secos; los tintos para elevar no solo la fuerza del gusto sino también la visual en el plato.

Las formas de aplicar los vinos a las elaboraciones son variadas, desde la maceración previa de los componentes a los confitados o caramelizaciones finales, incluyendo el uso de vinos más dulces, o los flambeados (no ya con vinos sino con sus licores derivados).

Cuando un vino entra directamente en un guiso, su alcohol va evaporándose con el calor, pasando a ser marginal después de unos quince minutos. Son el resto de sus aromas y sabores lo que se integrará en el resultado según, claro está, sus cantidades y calidades.

Ahí lo dejo.

 

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