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Antonio García

Antonio García Vidal

Presidente de la Asociación Nacional de Operadores Locales de Telecomunicaciones (AOTEC).

Zonas rurales, la última frontera para la igualdad digital

Pueblos y pequeñas y medianas ciudades están en la mira del sector para terminar de cerrar el gap digital en España. Las zonas rurales son la última frontera para alcanzar la igualdad digital efectiva en el país.

Junto al Ingeniero de Telecomunicación, el operador local ha salvado con su fibra muchos de los agujeros de conectividad que existían en el país. Nuestras pymes nacieron para solucionar una necesidad en sus poblaciones, la de sacarlas del aislamiento y conectar personas, industria e ilusiones y proyectos.

Empresas que han crecido, algunas hasta alcanzar el ámbito nacional. Operadores comercializadores y también neutros que siguen creando buena parte del tejido de red que necesita este país para alcanzar una conectividad universal. Un hito que con la inversión estatal de fondos europeos se prevé alcanzar en 2025.

¿Han sido necesarias empresas de grandes dimensiones europeas? Lo cierto es que no. Se ha hecho con una elevada participación de operadores locales. De todos los tamaños en una primera fase y, tras un cambio en los incentivos tan injusto como discrecional, se dejó fuera a los operadores más pequeños. Sin embargo, los de tamaño medio han copado las ayudas en los últimos años.

Contra la despoblación
Al iluminar la fibra no solo se abre una ventana al mundo, sino que se activa un potente instrumento para luchar contra la despoblación. Los estudios demuestran que aquellos pueblos con banda ancha aumentan sus habitantes un 1,9% respecto a las que cuentan con una conectividad de menos velocidad. Además, en las poblaciones conectadas, siete de cada diez residentes aseguran que necesitan internet en su labor diaria, siendo el acceso a bancos y correo su uso más frecuente, al igual que en las grandes urbes.

La fibra es una piedra angular para lograr territorios cada vez más inteligentes

¿Qué falta? El reto ahora es evolucionar digitalmente el campo, la industria, las administraciones y la ciudadanía. Tenemos el potencial para cambiar el mundo rural. El operador local y las Ingenierías de Telecomunicación tienen mucho que decir para lograr este cambio de lo analógico a los territorios inteligentes. Implicando a autoridades locales, movilizando a las empresas y ayudando a transformar el nivel digital del tejido social.

Conectividad 5G
Por el camino, surge una nueva encrucijada: la conectividad móvil 5G. Nuevos servicios y, sobre todo, dispositivos conectados con Internet de las Cosas (IoT) y la intervención del Big Data y la Inteligencia Artificial para filtrarlos e interpretarlos. El operador local sigue reivindicando la necesidad de participar para acelerar el desarrollo de esta nueva conectividad en el mundo rural, como se ha hecho con la fibra. Y también para garantizar la competencia. Porque existe un alto riesgo de oligopolio en las zonas rurales con el 5G porque solo llegue alguna de las empresas con espectro.

Hay que tener en cuenta que esta nueva tecnología será capaz de prestar los mismos servicios y en las mismas condiciones que las fijas, además de otros de tipo disruptivo. Se producirá una gran transformación en las redes de las ciudades –zonas monetizables con cierta facilidad por volumen de clientes–, pero el despliegue en zonas rurales temo que se mueva única y exclusivamente a ritmo de incentivo público a menos que se abra a la competencia.

Los operadores que no tengan espectro en propiedad estarán al arbitrio de los despliegues de las compañías con espectro, sean o no OMV. Y sin infraestructuras, sus clientes no tendrán acceso a las mismas capacidades para poder facilitar servicios que serán básicos. También es posible que solo una empresa despliegue 5G, cercenando la competencia. Por tanto, es necesario un tratamiento diferente. En la actualidad solo se emplea una pequeña parte del espectro en áreas rurales. Por tanto, defendemos que en estas zonas se obligue a que el espectro que no se use sea cedido.

El operador local es una empresa rural y nuestro futuro es el del territorio

Porque precisamente ahora que Europa ha apostado por las zonas rurales e invertido en ellas ingentes cantidades de dinero –no solo en conectividad sino en infraestructuras de todo tipo–, corremos el riesgo de volver a la casilla de salida y a reabrir una enorme brecha digital con el 5G. Ciudadanos y territorios de primera y de segunda.

Preocupación y reivindicación
Esta preocupación la hemos puesto de manifiesto desde AOTEC tanto a las administraciones españolas como europeas, realizando propuestas desde 2021 para hacer posible la participación del operador local. Nuestra última actuación ha sido reciente, en junio, cuando el Gobierno abrió una consulta para ampliar en 10 años los plazos a las concesionarias del espectro.

Reivindicamos que esta ampliación no se puede dar sin una contraprestación y que esta debe pasar por la cesión a precio de coste de aquellas frecuencias que lleven más de dos años concedidas y no se estén utilizando en municipios de menos de 10.000 habitantes.

Además, defendemos que se establezca la obligación de los operadores que vean ampliadas sus concesiones de prestar servicios a los operadores móviles virtuales en 5G a un precio similar al que actualmente están pagando el 4G.

Las telecomunicaciones están en un momento crucial en España. Nuestro país ha sido punta de lanza para toda Europa en el desarrollo de redes de fibra y lo puede ser para la nueva conectividad móvil. Si queremos revitalizar las zonas rurales y conseguir que se conviertan en territorios inteligentes hay que abordar la cuestión del 5G rural sin dilación. El operador local quiere jugar también un papel relevante en este nuevo reto. Y tenemos la mano tendida para ello.

Para que todo el país pueda evolucionar a la par, sin dejar a nadie atrás. Porque contar con conectividad es tener oportunidades de desarrollo, de crecimiento y de futuro. Y capacidad para atender mejor las necesidades de una población cada vez más envejecida. Las zonas rurales son la última frontera para la igualdad digital. Y todos en el sector de las telecomunicaciones han de involucrarse para lograrlo.

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