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Jose Ramón Iglesia

José Ramón Iglesia

Ingeniero de Telecomunicación y miembro del Foro Histórico de las Telecomunicaciones. Administrador del blog historiatelefonia.com

La torre de telegrafía óptica del Retiro (El Castillo del Retiro)

La red de telegrafía óptica del sistema Mathé fue la primera ‘red fija’ construida y explotada para comunicar lugares alejados en nuestro país. Puede considerarse, por tanto, como el origen de la aplicación de las tecnologías y técnicas de la Ingeniería de Telecomunicación en España, y como tal merece ser estudiada y que sus vestigios sean protegidos. Uno de los más destacados es la torre de los jardines del Buen Retiro, actualmente en proceso de rehabilitación.

Maqueta de telégrafo óptico del Museo Postal y Telegráfico (Alcázar Maquetas con asesoramiento de E. Borque (Foto: JR Iglesia)

En la historia de la industria todos reconoceríamos a la máquina de vapor como su invención primigenia destacada y representativa, como símbolo de los orígenes de dicha actividad y detonante de la llamada Revolución Industrial, y así queda reflejado en la mayoría de los textos dedicados al asunto y en el propio escudo de sus profesionales.

En España no es muy conocido que unas de las primeras máquinas de vapor fueron construidas y empleadas para accionar bombas de achique, gracias al marino e ingeniero Jorge Juan, en el Arsenal de Cartagena tan prontamente como 1773. Si se conservara alguna, bien podrían formar parte destacada de un museo de historia de la ingeniería industrial, como lo hacen otras viejas máquinas de vapor que han llegado hasta nuestros días expuestas, en otros museos y lugares destacados por todo el mundo, como piezas de valor, insignia y símbolo recordatorio de aquel éxito de la ciencia, la técnica y la ingeniería aplicada.

En la historia de las telecomunicaciones: ¿Cuál sería el caso análogo? ¿qué podríamos elegir como primer elemento patrimonial y símbolo representativo de la historia de las telecomunicaciones en España?

La primera red fija de telecomunicaciones en España
Una de las singularidades que destaca en las estructuras dedicadas a la comunicación es la constitución de ‘redes’. Por eso hablamos de ‘redes de comunicaciones’. Y cuando la tecnología aplicada en las mismas se consolida y la demanda del servicio prestado lo justifica, esas redes se convierten en ‘redes fijas’. Evocamos de inmediato la red telefónica, o su antecesora de telegrafía eléctrica, o las de enlace por radio… Pero si buscamos la primera tendremos que hablar de la telegrafía óptica.

La red de telegrafía óptica de Mathé (1844-1857) fue la primera red fija de telecomunicaciones en España

La primera ‘red fija’ construida y explotada para comunicar lugares alejados en nuestro país fue, sin duda, la ‘Red de telegrafía óptica del sistema Mathé’. Se trata de una magnífica obra que merece ser rescatada del olvido y considerada como ese buscado elemento simbólico del origen de la aplicación de las tecnologías y técnicas de la Ingeniería de Telecomunicación en España.

Afortunadamente, y aunque queda trabajo por hacer, podemos encontrar suficiente bibliografía para introducirnos en el tema, gracias a las aportaciones de una decena escasa de apasionados de la historia de las telecomunicaciones, muchos de ellos colaboradores de nuestro Foro Histórico, de entre los que destacamos al pionero del tema, Sebastián Olivé (1932-2013). Aquí sólo daremos unas pocas pinceladas.

La torre modelo en un grabado de la época. Fuente: La ilustración española.

La red española de telegrafía óptica sistema Mathé
Es imprescindible destacar las figuras de sus diseñadores y constructores: los ingenieros militares Manuel Varela y Limia (1796-1853) y, sobre todo, José María Mathé y Arangua (1800-1875), que conociendo las experiencias previas existentes tanto en España como fuera de ella, concibieron el nuevo sistema que ganó el concurso convocado a tal fin en 1844 y construyeron esta primera red.

Es oportuno indicar que ya desde unos años antes se experimentaba la telegrafía eléctrica en Estados Unidos y Gran Bretaña (sistemas Morse y Wheatstone, respectivamente), expandiéndose al lado de las líneas férreas, y que nuestra primera red óptica nacía tardíamente para atender principalmente las necesidades del ejército y de los diferentes gobiernos que se sucedían rápidamente en la llamada ‘década moderada’ en una España en la que el ferrocarril era aún un avance pendiente.

La red de Mathé, construida entre 1844 y 1853, no se llegó a completar nunca (solo tres líneas de las cinco previstas con casi 200 torres y más de 2.000 km) y apenas estuvo diez años en funcionamiento (hasta 1857), siendo abandonada y olvidada rápidamente y transfiriéndose su servicio, sin solución de continuidad, a la naciente red de telegrafía eléctrica que el mismo Mathé también puso en marcha y dirigió hasta 1864. A pesar de ello, sus vestigios, las altivas ruinas de sus torreones, se divisan fácilmente en la actualidad cuando transitamos por las principales vías de comunicación de nuestro país.

La red de telegrafía óptica de Mathé debe considerarse como símbolo de los orígenes de las telecomunicaciones españolas

La torre de los jardines del Buen Retiro: una torre singular
De entre esas dos centenas de torres o, mejor, de lo que queda de ellas en la actualidad, si queremos elegir una como referencia simbólica de esta primera red fija de comunicaciones en España, sin duda la torre de los jardines del Buen Retiro será la mejor opción.

La torre de telegrafía óptica del Retiro, más conocida como el ‘Castillo del Retiro’ y también durante un tiempo en sus inicios como ‘Telégrafo de la elefanta’, fue tardíamente construida como cabecera doble de las líneas de Barcelona y de Cádiz, y es el último vestigio de las torres que se ubicaron en la capital del reino.

Izquierda: la torre antes del comienzo de las obras. Septiembre 2022. Foto M. Avendaño. Derecha: la torre actualmente. Diciembre 2022. Foto del autor.

 

Cada línea tenía en Madrid inicialmente una diferente torre cabecera. Así, la línea de Castilla partía del Cuartel de Guardias de Corps (actual Cuartel de Conde-Duque), de donde también partía inicialmente una primitiva línea hasta Aranjuez en 1848 (antes de integrarse en la línea de Andalucía), cambiando después al Convento de La Trinidad, cabecera de la línea de Andalucía. La de Barcelona partía de la Aduana, después Ministerio de Economía y Hacienda. Las tres cabeceras comunicaban con la Casa del Correo en la Puerta del Sol. Posteriormente, en 1850 se consiguió la autorización para el establecimiento de la nueva torre del Retiro como cabecera de la línea de Barcelona y que también podía serlo para la de Andalucía simultáneamente, para lo que se la dotó de doble bastidor telegráfico.

Aunque la estructura interna de la torre del Retiro responde al modelo definido por Mathé, dada su ubicación urbana y en el interior del parque, su construcción se complementó con la adicción de elementos arquitectónicos recordando las fortalezas medievales, a modo de otro ‘capricho’ más, quedando integrada completamente en su entorno y justificando las denominaciones asociadas a los lugares próximos como la del ‘paseo del Telégrafo’ que posteriormente fue ‘de coches’ y en la actualidad ‘de Fernán Núñez’ o el ya citado de ‘Telégrafo de la elefanta’ por la proximidad de la perdida alberca en la que se bañaban estos animales habitantes de la también desaparecida y cercana ‘Casa de Fieras’.

Las altivas ruinas de sus torreones se divisan fácilmente en la actualidad cuando transitamos por las principales vías de comunicación de nuestro país

Origen de nuestras escuelas
Con todo, fueron pocos los años de servicio que desde el Castillo se prestó con el sistema óptico, que de la mano del propio Mathé entre otros, se sustituyó por el eléctrico, estableciendo en nuestra torre la primera sede de la Escuela de Telegrafía Eléctrica, de la que fue heredera, años después, la Escuela Superior de Telegrafía que se consolidaría como el origen de nuestras escuelas de Ingeniería de Telecomunicación y de la profesión misma tal y como hoy la entendemos.

El castillo del Retiro grabado de época (La ilustración Española)

Sin duda, el crecimiento de la demanda de formación en las nuevas técnicas telegráficas hizo que se buscaran lugares más apropiados para tal fin, quedando abandonada nuestra torre del Retiro por un tiempo. Posteriormente, hacia 1888, el edificio fue cedido al Instituto Central Meteorológico, hoy AEMET, como observatorio y también sede de la institución. Tras un prolongado tiempo de actividad, a mediados del siglo pasado quedó abandonada hasta este año 2022 en el que, finalmente, se ha iniciado su rehabilitación.

En cualquier caso, y pendiente de finalizarse las obras en curso, el Castillo del Retiro debería convertirse en el símbolo buscado de las primeras redes de telecomunicaciones españolas, pero no solo.

Meteorología y telecomunicaciones
Como ya hemos citado, este todavía deteriorado edificio es también el lugar de referencia de los inicios de la ciencia meteorológica de nuestro país, e incluso de la astrofísica (Arturo Duperier realizó allí sus famosas mediciones de la radiación cósmica en 1936).

La meteorología y las telecomunicaciones tienen mucho en común y este monumento histórico es una muestra más de ello. La conversión de la torre en un futuro espacio museístico debe dar fiel constancia de su origen telegráfico, primero óptico y luego eléctrico, para convertirse, décadas más tarde, en sede de la observación meteorológica.

La rehabilitación del Castillo del Retiro debe ajustarse a la historia e incluir elementos que faciliten su identificación como el origen de las telecomunicaciones españolas

Por otra parte, el destacado entorno en el que se levanta nuestra vieja torre óptica, los Reales Jardines del Buen Retiro, han sido justamente declarados Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2021 como parte del conjunto ‘Paseo del Prado y Buen Retiro, paisaje de las artes y las ciencias’ (conocido también como ‘Paisaje de la Luz’). Lo que realza aún más, si cabe, la importancia del lugar y de estos ‘nuestros símbolos’.

 

 

Sello Mathé.

La red de telegrafía óptica española

El trazado de las rutas, vertebrando el territorio

Se construyeron solamente tres de las rutas inicialmente previstas, con casi 200 torres y más de 2.000 kilómetros de red:

  • Línea Madrid-Valladolid-Burgos-Vitoria-San Sebastián-Irún y Ramal al Real Sitio de San Ildefonso. Estuvo funcionando entre 1846 y 1855. Dispuso de 52 torres. En su 150 aniversario en 1996 se emitió un sello conmemorativo.
  • Línea Madrid-Valencia-Barcelona-La Junquera y Ramal de Cuenca. En funcionamiento, aunque de forma parcial, desde 1849. Un dispositivo de 86 torres en total se construyeron en esta línea (incluidos sus ramales).
  • Línea Madrid-Toledo-Ciudad Real-Córdoba-Sevilla-Cádiz. Dispuso de 59 torres. Prestó servicio hasta 1857.

 

 

Torre reconstruida de doble bastidor de Monterredondo (Madrid).

Los elementos del sistema

La torre óptica “Torre Fortín”

Mathé diseñó un sistema de torres distantes dos leguas entre sí alineadas a lo largo de las carreteras. Las torres actuaban a modo de fortines que imposibilitaran al enemigo en caso de guerra interrumpir el sistema de comunicaciones.

El semáforo (el telégrafo óptico propiamente)

El mecanismo era un bastidor de hierro con dos cuadrados, uno interior y otro exterior, formando un tablero visual a modo de ajedrez con áreas negras y vacías. En el centro se movía, arriba y abajo, el indicador, un cilindro hueco manejado desde el interior con una polea agregada a un volante, definiendo en las posiciones establecidas cada signo codificado. Una esfera dorada en el exterior proporcionaba informaciones auxiliares.

Catalejos y mirillas

Para poder observar sin error las señales de las torres contiguas era imprescindible el uso de elementos ópticos de aumento como los catalejos que los telegrafistas vigías empleaban desde su torre.

Señales, códigos y diccionarios

El código visual lo determinaban las posiciones del indicador móvil respecto a las bandas que funcionaban como un tablero. Cambiaba el significado según la posición de las franjas negras, arriba, abajo, en línea o intermedias.

Los telegrafistas

La capacitación adecuada de los telegrafistas de las torres ópticas se hizo patente desde el inicio. En 1844 se crea la ‘Comisión de Telégrafos’, lo que podríamos entender como precursora del futuro Cuerpo de Telégrafos (que se crearía con la llegada del eléctrico en 1855).

 

 

Geolocalización de las torres de la red

Wiki telegrafía óptica en la web del Foro Histórico de las Telecomunicaciones. https://forohistorico.coit.es/index.php/sendas/tecnologica-en-espana/wiki-telegrafia-optica

Esquema de la Red. Del libro ‘Historia de la Telegrafía óptica en España’. S. Olivé 1990.

 

 

 

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