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Mercedes Barrachina

Mercedes Barrachina

SAP Innovation Lead en IBM. Ingeniera de Telecomunicación. Miembro del GT Smart Cities.

Tecnologías inteligentes para aspirar a ciudades más sostenibles

La recopilación y gestión de datos en las ciudades es un proceso que permite tomar las decisiones más adecuadas y eficientes para mejorar el metabolismo urbano. Bajo esta premisa, este artículo aborda la necesidad de utilizar la tecnología para avanzar hacia ciudades más sostenibles y cumplir la Agenda 2030 en aspectos como la movilidad, la lucha contra el cambio climático, la planificación y la gestión del agua o los residuos.

El concepto de sostenibilidad se refiere a la capacidad de mantener o sostener algo a lo largo del tiempo sin agotar recursos o causar impactos negativos significativos. La sostenibilidad implica equilibrar el desarrollo económico, la equidad social y la preservación del medio ambiente.

Actualmente el concepto de sostenibilidad se está aplicando de muy diversas formas en las diferentes industrias y está recibiendo un amplio apoyo por parte de los principales organismos a nivel mundial, nacional y regional. El concepto de “Smart City” o ciudad inteligente incluye el uso de tecnología para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos gracias a la recolección de datos que permite tomar decisiones informadas, permitiendo a la vez un uso eficiente de los recursos. Teniendo claro ambos conceptos, es interesante relacionarlos e identificar el papel de las ciudades inteligentes en favorecer y escalar dicha sostenibilidad.

A principios del siglo XXI, cuando se empiezan a digitalizar las ciudades, y realizar las primeras transformaciones a ciudades inteligentes, se plantean como una posible solución para abordar los problemas de sostenibilidad ocasionados, entre otros, por la rápida urbanización.

La ciudad inteligente incluye el uso de tecnología para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos gracias a la recolección de datos que permite tomar decisiones informadas

Las ciudades en la Agenda 2030
En la Agenda 2030, que es un plan de acción global definido por las Naciones Unidas para conseguir un desarrollo sostenible a nivel global, aparecen las ciudades como un elemento clave para conseguir el desarrollo sostenible de la sociedad. Uno de sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), concretamente el undécimo, se centra en conseguir ciudades más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles.

Además, este objetivo reconoce las ciudades como motor del desarrollo económico y social poniendo de manifiesto su importancia en la evolución de la sociedad. Algunos de los puntos concretos que defiende dicho objetivo son: asegurar que se pueda acceder a espacios verdes y espacios públicos libres de contaminación; adaptación al cambio climático y gestión de riesgos; prestar atención a la calidad del aire y la eliminación de residuos; promover las conexiones sociales, y promover también las conexiones ambientales y económicas para que se pueda realizar una planificación del desarrollo tanto a nivel local como nacional, entre otras metas.

La sostenibilidad no es un concepto aislado sino que se puede dividir, según varias fuentes de la literatura, en tres componentes bien diferenciados. Estos componentes forman el modelo de sostenibilidad de tres pilares: medioambiental, económica y social. La sostenibilidad sólo puede garantizarse si se hacen realidad las tres categorías sólidamente desarrolladas y promovidas.

Copenhague (está desarrollando un programa para ser la primera ciudad neutra en carbono para en el año 2025.

 

La tecnología impulsa la sostenibilidad
La relación entre sostenibilidad y ciudades inteligentes es crucial en el contexto del desarrollo urbano moderno. Las ciudades inteligentes buscan utilizar la tecnología y la innovación para mejorar la calidad de vida de los residentes, aumentar la eficiencia en el uso de recursos y promover la sostenibilidad ambiental. Por tanto, la sinergia entre ambos conceptos es fuerte, puesto que el fin último de las ciudades inteligentes es conseguir transformar las ciudades en entornos sostenibles y también eficientes.

Ya hay organismos, como la Comisión Económica de Naciones Unidas para Europa (UNECE, por sus siglas en inglés) que amplían el término de “ciudad inteligente” a “ciudad inteligente sostenible” por la eficiencia multidisciplinar que lleva asociada y por el equilibrio que se busca entre personas, instituciones, tecnología y sostenibilidad. El objetivo de estas ciudades es reducir las brechas en capacidad y eficiencia, satisfacer las necesidades sociales y hacer que las ciudades sean más propicias para la innovación.

De acuerdo con la información publicada por la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI), los principales retos a los que se enfrentan las ciudades inteligentes están relacionados con la eficiencia de los servicios públicos, la implantación de procesos que permitan conseguir la neutralidad en carbono, conseguir una movilidad sostenible pero ampliamente conectada o la habilitación de más espacios para los ciudadanos. Por tanto, extensión del concepto de ciudad inteligente a ciudad inteligente sostenible pasa por interconectar múltiples áreas de la gestión de la ciudad como pueden ser la eficiencia energética, la movilidad sostenible, la gestión de residuos, la gestión del agua o la planificación urbana inteligente.

¿Quiénes lo están haciendo?
Un ejemplo de este concepto de ciudad inteligente sostenible es Copenhague (Dinamarca), que está programada para ser la primera ciudad neutra en carbono para el año 2025. La ciudad ha aprovechado sus características para poner en marcha fuentes de energía renovables, por ejemplo construyendo turbinas eólicas y poder generar el 22% de su electricidad, con la expectativa de aumentarlo hasta el 50% en 2026.

En la Agenda 2030 aparecen las ciudades como un elemento clave para conseguir el desarrollo sostenible de la sociedad

Otros de los aspectos en los que también se está trabajando es en la infraestructura y calefacción de los edificios, exigiendo techos verdes para que la vegetación forme parte del proceso de planificación arquitectónica. Asimismo, también usan el calor residual de las centrales eléctricas con diferentes fines y han establecido una robusta red de carriles para bicicleta, lo que permite que hasta el 62% de sus ciudadanos puedan desplazarse con este medio de transporte.

Otro ejemplo destacado en Europa es Zúrich (Suiza), que empezó su rumbo hacia el concepto ciudad inteligente sostenible en el año 2018, y cuyas acciones pasan por una avanzada digitalización de la infraestructura, una mejora notable del transporte público y la implantación de un sistema de monitorización y control del consumo de energía.

Otro ejemplo relevante fuera de Europa es la ciudad surcoreana de Songdo (a 40 km de la capital del país), que fue construida desde cero con el objetivo de ser una ciudad inteligente y sostenible. Su proyecto empezó en el año 2003, poniendo en marcha una infraestructura inteligente y también diferentes elementos para controlar el impacto ecológico de dicho desarrollo: la energía se mide mediante paneles con una alta precisión, las cámaras de seguridad monitorizan los vehículos que entran y salen de la ciudad con el objetivo de organizar el flujo de tráfico, dispone de grandes zonas verdes, etc.

 

Los ingenieros de telecomunicación, imprescindibles

¿Cómo construir una ciudad inteligente sostenible? Este tipo de ciudades no se construye de la noche a la mañana y es necesaria una cuidada planificación. En primer lugar, es necesario poner en marcha una recopilación y medición exhaustiva de datos. Esto permite entender el uso que se hace de las infraestructuras y así proceder con la primera gran transformación: reemplazar infraestructuras como edificios antiguos y diferentes servicios urbanos para adaptarlos a la ciudad inteligente. El segundo paso será poner en marcha un conjunto de actividades para que los hábitos de los ciudadanos mejoren y sean más sostenibles, como por ejemplo el ahorro de energía o agua, el uso del transporte público en lugar de la utilización del vehículo privado, etc.

 

Al integrar tecnologías inteligentes con prácticas sostenibles, las ciudades pueden mejorar la calidad de vida de los habitantes, reducir su impacto ambiental y trabajar hacia un futuro más sostenible. La combinación de sostenibilidad y ciudades inteligentes es esencial para abordar los desafíos actuales y futuros que enfrentan las áreas urbanas.

En este contexto, el papel del ingeniero de Telecomunicación es clave, puesto que sus conocimientos son fundamentales para el diseño, creación y mantenimiento de la infraestructura tecnológica que permite el funcionamiento de las ciudades inteligentes y así poder conseguir un entorno urbano más sostenible, eficiente y conectado.

Su participación es clave en el diseño, implementación y gestión de redes de comunicación (inalámbricas, fibra óptica, tecnologías emergentes), en el desarrollo de soluciones y plataformas que permitan integrar sensores IoT en la infraestructura urbana, la implementación de requisitos de seguridad para proteger la privacidad de los datos que se han generados en dichos sensores, el desarrollo de sistemas de control y automatización para optimizar los diferentes procesos urbanos (gestión del tráfico, iluminación, gestión de recursos energéticos…), la gestión de la propia red de energía, el diseño e implantación de sistemas de análisis de datos para monitorizar los diferentes procesos… Las actividades que un Ingeniero de Telecomunicación puede desarrollar en este
entorno son innumerables.

Además, el desarrollo de las ciudades inteligentes y sostenibles pasa por la utilización del potencial de la Inteligencia Artificial para beneficiar a los ciudadanos, para conseguir modernizar las ciudades, transformarlas en sostenibles y así conseguir un futuro más eficiente, siendo imprescindible para conseguirlo la implicación de gobiernos, empresas y ciudadanos.

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