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César Tello

Director general de Adigital, Asociación Española de la Economía Digital.

Un futuro digital para Europa

La transformación digital, junto con la sostenibilidad, es un elemento clave para el desarrollo económico y social que definirá la autonomía estratégica abierta de la Unión Europea. Para asegurar el éxito de esta oportunidad, es imperativo avanzar en diversas áreas estratégicas y construir un futuro económico sólido y equitativo. Este camino solo puede trazarse mediante una colaboración estrecha con la industria digital y un compromiso decidido por parte de las autoridades públicas.

Vivimos en una etapa de permanente transformación de procesos, de principios, de bases económicas e, incluso, de las propias estructuras de las empresas. En este escenario, la tecnología juega un papel crucial para asegurar la resiliencia y la competitividad de los países en todos los cambios que se van a afrontar.

De igual forma, la digitalización es una herramienta valiosa para hacer frente a los principales retos de nuestra era como es el cambio climático, la educación o la creación de empleo cualificado. Las tecnologías emergentes, como la Inteligencia Artificial, la computación en la nube o el Blockchain, que se aplican de manera transversal a todos los ámbitos de la economía, jugarán un papel esencial en este sentido.

El itinerario hacia la Década Digital
En este contexto de revolución tecnológica, la Unión Europa ha adoptado su hoja de ruta hasta 2030 para la transformación de la región: el itinerario hacia la Década Digital. El programa se articula en torno a cuatro ámbitos: talento y competencias digitales, transformación de las empresas, servicios públicos e infraestructuras digitales. En cada ámbito se establecen una serie de metas e hitos específicos que deben alcanzarse antes de 2030.

Formación de los ciudadanos
En relación con la formación de los ciudadanos, la Unión Europea ha establecido como objetivo que al menos el 80% de todos los adultos (entre 16 y 74 años) posean competencias digitales básicas, y que existan 20 millones de expertos en tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en la UE, fomentando especialmente la participación de mujeres en este ámbito laboral.

La digitalización es una herramienta valiosa para hacer frente a los principales retos de nuestra era, como es el cambio climático, la educación o la creación de empleo cualificado

No obstante, la realidad actual muestra que el 46% de los ciudadanos europeos carece de habilidades digitales básicas, lo que dificulta la utilización de tecnologías digitales para las actividades diarias y el acceso a servicios online. Igualmente, a pesar de que la brecha de habilidades digitales entre hombres y mujeres ha experimentado una reducción, sigue siendo significativa. Además, persisten marcadas disparidades entre los distintos Estados miembros.

Infraestructuras
En cuanto a las infraestructuras, según la Década Digital, todos los hogares de la UE deberían tener conectividad de gigabit y todas las zonas pobladas deberían estar servidas por redes 5G; la producción de semiconductores en Europa debería representar el 20% de la producción mundial en 2030, y Europa debería tener su primer ordenador cuántico en el 2025.

 

La foto actual es algo diferente. La infraestructura de redes de fibra, crucial para proporcionar conectividad gigabit, solo abarca el 56% de los hogares. Aunque la cobertura poblacional de la tecnología 5G alcanza el 81%, el despliegue de redes autónomas 5G está más rezagado de lo que sería deseable.

Transformación digital de las empresas
En lo que respecta a la transformación digital de las empresas, para 2030 tres de cada cuatro empresas deberían utilizar servicios de computación en nube, macrodatos e inteligencia artificial; más del 90% de las pymes debería alcanzar al menos un nivel básico de intensidad digital, y el número de unicornios de la UE debería duplicarse.

Es una prioridad reafirmar a Europa como un jugador global que lidera un nuevo modelo productivo basado en el uso responsable de la tecnología

Sin embargo, la adopción de tecnologías por parte de las empresas europeas – aspecto crucial para el crecimiento de la economía en un entorno altamente volátil – todavía está muy por debajo de estos objetivos. Los últimos datos nos muestran que de media en la UE, el 69% de las pymes cuenta con un nivel básico de intensidad digital. Respecto a la integración de tecnologías avanzadas, si seguimos la senda actual, solo el 66% de las empresas utilizarán la nube, el 34 % empleará el análisis de datos y el 20% adoptará la Inteligencia Artificial, quedando lejos del objetivo fijado del 75% para el año 2030.

Servicios públicos
Por último, de acuerdo con la Década Digital, todos los servicios públicos clave deberían estar disponibles en línea; todos los ciudadanos deberían tener acceso a su historial médico electrónico y el 80% de los ciudadanos deberían utilizar una solución de identificación electrónica.

Actualmente, el acceso a los servicios públicos online ha experimentado cierta mejoría para empresas y ciudadanos y el número de usuarios de los servicios de la administración electrónica en la
UE se sitúa en el 74%; la disponibilidad de los servicios públicos online para la ciudadanía en de un 77% y para las empresas de un 84%, y el acceso a los historiales médicos electrónicos está sobre el 72%.

Entorno óptimo para el desarrollo y la economía digital
En definitiva, para alcanzar los objetivos fijados es necesario que tanto la propia UE, como sus Estados miembros, aceleren y profundicen en reformas sustanciales, en mejoras en el entorno empresarial, en la creación de incentivos e impulso a la inversión en tecnologías digitales, y en capacidades e infraestructuras.

Cumplir con los objetivos de la Década Digital es fundamental para el desarrollo económico y la competitividad de la Unión Europea, con la tecnología y la digitalización como habilitadores, que podría desencadenar un valor económico superior a los 2,8 billones de euros, lo que representa el 21 % de la actual economía de la UE.

Europa debe hacer una apuesta decidida por crear un entorno óptimo para el desarrollo y el crecimiento de la innovación y de la economía digital

Es por ello por lo que Europa debe hacer una apuesta decidida por crear un entorno óptimo para el desarrollo y el crecimiento de la innovación y de la economía digital. No podemos resignarnos a ser meros observadores de la revolución tecnológica en curso y no convertirnos en creadores de tecnología.

De igual manera, a medida que avanza la digitalización y el uso de la tecnología, es fundamental salvaguardar los valores y los derechos fundamentales de los ciudadanos. Como también lo es apoyar el impulso de una autonomía estratégica por parte de Europa, abierta y colaborativa, creando un marco que aporte valor a nuestros sectores estratégicos.

Afrontamos un año clave, con las futuras elecciones europeas en junio 2024, donde el desarrollo y la implementación de tecnologías, debe ser la palanca sobre la que avanzar, para que la UE disponga de la capacidad tecnológica y de inversión suficiente para competir con otros territorios, en un nuevo contexto geopolítico.

Las tecnologías emergentes como la Inteligencia Artificial, la conectividad, los semiconductores, los nuevos espacios de realidad aumentada o las infraestructuras cloud están definiendo hoy en día la nueva fase de una digitalización que es transversal a múltiples sectores. A lo que se suma su enorme valor para ayudar a que las pymes crezcan y sean sostenibles.

Para asegurar el éxito de esta oportunidad, es imperativo avanzar en diversas áreas estratégicas. En primer lugar, es crucial potenciar el valor de las economías basadas en datos y plataformas, reconociendo el papel fundamental que desempeñan en el panorama económico actual.

Además, es esencial contribuir a la definición de modelos de medición más precisos para la economía digital, con el objetivo de proporcionar información valiosa que facilite la toma de decisiones tanto en el ámbito público como privado. Otro aspecto fundamental es la implementación de iniciativas que aseguren que la digitalización se lleve a cabo de manera humana y sostenible. Esto implica no solo reducir las brechas sociales, sino también fomentar prácticas que contribuyan positivamente al medio ambiente.

Asimismo, es necesario respaldar a startups y empresas de alto crecimiento basadas en tecnología, proporcionándoles un espacio adecuado para representar sus intereses y promover su desarrollo. Finalmente, en este proceso de transformación digital es esencial abogar por una regulación económica innovadora que se adapte a los nuevos modelos de actividad, fomentando así un entorno propicio para el desarrollo y una competencia justa.

Es necesario desarrollar una medición oficial, abierta, pública y apropiada sobre el impacto de la digitalización en la economía

También es necesario un diálogo avanzado entre lo público y lo privado cuando se definan políticas de todo tipo que impacten en la digitalización. Este enfoque integral y proactivo permitirá aprovechar al máximo las oportunidades presentes en la era digital y construir un futuro económico sólido y equitativo.

Una hoja de ruta que solo se puede lograr desde la colaboración entre la industria digital y una apuesta decidida por los poderes públicos. Ahora es el momento de llevarlo a cabo.

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